Valla elemento Lleva en la alcaldía 35 años -casi el mismo que Franco o Juan Carlos I en la jefatura del Estado- se ha visto obligado a renunciar a uno de sus dos cargos en la administración -alcalde y diputado autonómico- debido a la situación irregular en la que estaba a punto de incurrir por compaginar ambas funciones. Lejos de ser un gesto de higiene democrática Gordillo deja la alcaldía sólo por imperativo legal. El pasado mes de septiembre el Tribunal Constitucional avaló la Ley Electoral andaluza que establece la incompatibilidad de ser alcalde y diputado autonómico al mismo tiempo. Se trata además de una decisión que Sánchez Gordillo ha apurado hasta última hora, ya que su renuncia como alcalde de Marinaleda se produjo el martes, un día antes de que expirara el plazo para decidir qué cargo abandonar. Para él ni mucho menos suponía un problema. "Ambos cargos son perfectamente compatibles", dijo contra el criterio de Izquierda Unida, que apoyó la ley desde el principio. El líder de la Candidatura de Unidad de los Trabajadores -partido integrado en IU de Andalucía- ha explicado en su renuncia que durante las dos legislaturas en las que ha compaginado ambos cargos lo ha hecho "con honradez" al servicio del pueblo de Marinaleda y del andaluz. Durante su llegada a la alcaldía de Marinaleda en 1979 -año en el que se celebraron las primeras elecciones municipales de la España democrática- Sánchez Gordillo se ha convertido en un referente para el sindicalismo -es también líder del Sindicato Andaluz de los Trabajadores- y para la izquierda más radical. MÁS ENHOME Otra independentista que quiere montar el circo en el Senado y Zoido la deja para el arrastre Montero saca su veneno con Ana Rosa: la podemita pide cuentas a la presentadora por sus dudas con el 8-M Una tertuliana progre pierde el juicio en Cuatro con un salvaje ataque a Arcadi Espada a cuenta de los gritos a Villacís Rahola hace el paleto supino en una televisión argentina tras ser presentada como escritora española La brutal necrológica que entierra a Otegi por sobrepasarse con las mujeres A mitad de camino entre Robin Hood y un Che Guevara de andar por casa, ha labrado su fama de líder proletario aplicando un modelo alternativo al capitalismo en una localidad que no llega a los 3.000 habitantes, y convertida ya en paradigma revolucionario. Porque cuando uno llega a Marinaleda se encuentra un pueblo en el que la bandera que cuelga del ayuntamiento es la tricolor de la II República. Un polideportivo en cuya fachada luce un enorme retrato del Che Guevara. Pa mear y no echar ni gota |