Torre de Miguel Sesmero - Badajoz

es que a nadie le parecido un poco triste las fiestas o es que lo veis normal espero comentarios

LA FERIA DEL CRISTO.

Lo próximo en fiestas era la feria del Cristo en la Torre, ésta se celebraba por el 15 de Septiembre más o menos.
(Como podéis comprobar contábamos con las fiestas propias de La Torre como algo nuestro).

Era la feria y como tal tenia el máximo tirón, con sus tres días de fiesta, su verbena y sus cosas buenas, meritorio evento creando honor a su pueblo.

Así, que solo hacia falta ponerme en guardia y a la vanguardia de un mogollón de gente, las cuales enfocaban el rumbo hacia mí otro pueblo, que nunca me fue forastero, ni la distancia era un problema salvarla, dos kilómetros por cualquier atajo, carretera o sendero... necesitaba para encontrar tu paradero.

Como ya anteriormente he dicho la gente de Almendral era y me parece que en la actualidad también, muy dada al desplazamiento a otros lugares por motivos festivos.
Por ejemplo: No va a las fiestas de Almendral tanta gente de la Torre, como gente de Almendral va a la Torre. Total que la carretera el día de la feria se veía como un paseo lleno de personal camino de la fiesta.

(No se había inaugurado aun el Paseo Marítimo, entre mares de espigas verdes y acantilados de olivos plateados y los seiscientos estaban por cocer en la zona franca de Barcelona).

La distancia aunque ahora no lo parezca, hoy que va toda la gente en coche, era de quince minutos a golpe de calcetín... por una “verea” junto a la carretera, yo la prefería por lo que representaba para nosotros, un paseo de lo más divertido, donde sacábamos a relucir conversaciones sobre la actualidad del momento, basada en esos "liguillos" que nunca cuajaban.

También tengo que decir que si nos hubiese gustado más ir en coche tanto a mis colegas como a mí, lo hubiésemos tenido “chungo”, porque para ir en coche estaba el panorama, cuando tirabas del gráfico económico adjudicado a tu capital...y comprar un coche ni te cuento porque sonaba a cuento.

Disfrutar de un trayecto donde las orillas dan a un mar de espigas verdes, con oleadas de campos, o algo más cercano por que lo teníamos por la mano, el "resencio" entre los jaramagos del camino, que dan como mínimo un consuelo a mi fatiga y un orgasmo a mi ilusión.

Mientras ese verano que tenia mucho parecido con otros veranos que se juntaron en mi calendario, llenaba los cielos con miles de estrellas y sombras más negras que los ángeles de Machin, sí perseguías perderte en cualquier saliente, solo tendrías que estar pendiente de las secuelas resultantes y en caso afirmativo, enfrentarte a la nada convincente observación de sus padres, eso sí, antes deberías contar, lo que era de lo más original, que la parienta dejara de ser prudente con lo decente, darte un revolcón por la cara estaba muy caro entonces.

Ni que decir tiene que esta feria unía la convivencia de dos pueblos, el intercambio entre sus gentes nos hacia en más de una ocasión coincidente, así que el que más y el que menos conocía a mucha gente en la Torre, los motivos más que evidentes, lo pasábamos bomba... sin bombas, y si teníamos que hacer alguna guerra, la hacíamos con los petardos que se tiran por la feria, el problema estaba casi siempre en el tiempo meteorológico, antes no había ningún Medina que se cortara el bigote por fallo en las previsiones, podías salir con sol y volver con un "chaparrón" .

Con Septiembre en Extremadura hay que contar que por algo es dura y pura... había noches que hacia un frío que pelaba o te caía una tormenta que cuando volvías, en los baches que había en la carretera te ponías ciego de barro, así que el ojo no podías perderlo de las nubes si estas eran negras, aunque todo hay que decirlo, no por una mala tormenta te ibas a quedar en casa.

Total que el resultado siempre terminaba igual, tú a la feria y los elementos colaterales a mojártela...la ilusión por la juerga,

PIRI