San Vicente de Alcántara - Badajoz

Manolito era un tipo gordo y bajo, de carnes blandas y cremosas que se movían rítmicamente con gravedad propia. Tenía cara de sufrimiento y lo cierto era que sufría por todo, en ese momento sufría por tener que subir aquella maldita cuesta para llegar hasta el parque.
Manolito llevaba su propia banda sonora, una composición de silbidos, bufidos y pedorretas le acompañaban al paso, y un vigoroso braceo lo impulsaba calle arriba haciéndole sudar como un cerdo.
En su frente perlada corrían mares salados que se le colaban entre las gafas y las hacían resbalar por la nariz obligándole a subirlas prácticamente cada dos pasos. A sus casi 36 años conservaba una más que aceptable mata de pelo castaño cuyos rizos movía el viento de su propio braceo, los que no llevaba pegados por el sudor.


La gente hacía muecas a su paso, unos le torcían la cara, otros le miraban con una mezcla de odio y asco y alguno hasta llegaba a escupir.

Manolito era el tipo más odiado de todo el pueblo.

¡ Hola Manolito ¡ ¿ Qué… te has enterado del nuevo concurso que organizan en el barrio?
Deberías de presentarte a él…

Manolito le miró de reojo…pues acostumbrado a las mofas y burlas de unos y de otros ahora se preguntaba a sí mismo…. Y éste…¿ de qué va?... ¿ Qué tontería irá a decir para reírse de mí como tantas otras veces….

Pues eso…Manolito, que no sé si decírtelo, porque igual te echan por abusón….JA,JA,JA,JA,JA
Anda…déjalo…mejor no te lo digo.

Manolito, todo intrigado , no quería quedarse con las ganas de saber de qué era el concurso y le dijo… ¡ Anda, dímelo Tomás, de qué va el concurso del barrio?....

Pero aun asi, el les saludaba muy cordialmente a todos y con su saludo iba una sonrisa de oreja a oreja. Era un hombre que nunca se metia con nadie y que un tiempo atras se habia enamorado locamente de una mujer que tambien le correspondia, pero la desgracia les llego inesperadamente a sus vidas. Entonces su vida cambio radicalmente....

De camino al parque, y mientras trataba de ignorar esas miradas que tanto le dolian,Manolito pensaba en su miserable vida, siempre escondiendose de la gente,huyendo de sus burlas ,sus desprecios.
Ya de niño, nadie queria incluirlo en sus juegos, y se mofaban de sus kilos y de su incapacidad para moverse con rapidez.
Luego estaba su ropa, heredada de hermanos mayores, y que siempre le quedaba pequeña, lo cual acrecentaba las risas de los otros niños.

Manolito nunca tuvo amigos, nunca fué feliz.Ahora,con casi 36 años, y mientras subia a duras penas la cuesta que le llevaba al parque, se preguntaba: ¿como lo habia soportado?¿porqué no se marchó lejos?.

La respuesta estaba cerca......en el parque.

Manolito, seguía caminando hacia el parque, con los sentimientos y emociones arremolinándose en su mente y en su corazón. Sí, él nunca se metía con nadie, y mucho menos se había burlado jamás de su prójimo, sentía gran dolor en su interior y le apenada grandemente la mezquindad del ser humano. Llegando al parque, ocurrió algo que de pronto cambió todo el dolor y decepción que sentía por una gran emoción y alegría al ver allí sentada en un banco, a Luisi. Su enamorada de hacía años, que tuvo que partir del pueblo por circunstancias muy dolorosas e imprevistas.

Seguía igual de guapa que siempre, aunque un poco más ancha que la última vez que la vió. Estaba mirando a lo lejos, y en su aire distraido él supo ver su nostalgia, ¿echaría ella tanto de menos el pueblo como él la echaba de menos a ella?

Hola Manolito! ¡¡Que bien te veo!!

Guapa, sólo pude decir eso, ¿qué? me contestó ella,

que estás realmente preciosa Luisi.

Ella había sido la única persona que había sabido ver detrás del físico de Manolito. No se habían enrollado nunca ni nada ¡¡que más habría querido él!! sólo habían compartido conversaciones, muchas conversaciones, ya que ahí residía el auténtico problema de Manolito: en las conversaciones, siempre estaba en contra de todo, se pasaba la vida DISCREPANDO, opinando lo contrario, a todos los demás parecía irritarles su punto de vista, pero a ella le encantaba. Siempre le decía que gracias a su postura, ella siempre miraba las cosas de la vida desde angulos diferentes al suyo, y que así la ayudaba a crecer como persona.

Cuanto la había echado de menos

…qué pasó porqué desapareciste del pueblo sin dejar rastro, sin tan siquiera un adiós, Nunca lo he sabido, y tu marcha me causo un gran vacío en mi alma, bueno en todo mi ser. Jamás pensé tras tu repentina y extraña desaparición del pueblo, de mi vida que volvería a verte. Jo, que alegría poder tenerte de nuevo cerca Luisi, es como si renaciera en mí el deseo de vivir, de sentir…

Luisi, le observaba con los ojos empapados en lágrimas, no quería revelarle su secreto, no quería herir sus sentimientos, pero cuanto tiempo podría ocultarselo…

Estaba claro que por ahora no podia decirselo,ella sabia que iba a sufrir cuando se enterase, y no queria hacerle daño.El siempre se comporto con ella como un señor y sin embargo ella le fallo. Su corazon seguia diciendole que le amaba pero preferia esperar a que todo se pondria en su sitio. Cuantos recuerdos le venian a su mente del pueblo, con el, a su lado los pequeños roces se hacian intensos y las veces que vieron la misma pelicula en el cine de verano...

...quizá mañana, quizá pasado mañana. Cuando vea que está mas abierto a aceptar que tambien es un hombre, entonces le contaré el secreto que solo él podría conocer. Le recordaré la tarde que lloró, en el centro de un laberinto de plantas de boj, donde en sus formas geometricas, él se encerraba para pasar depapercibido de las burlas de los demás. Esa cita en el centro del laberinto, que tenia forma de corazon, se hizo mas amena cuanto mas crecian los dos...
Llegaron a los 16 años, y se descubrieron el uno al otro...
Luisi fue trasladada a la ciudad para que el tiempo necesario, que no perdona, fuera cuidada durante nueve meses por sus padrinos, lejos de Manolito. Fué lo peor que les podia pasar a la familia de Luisi. Una jovencita que era una futura virtuosa del piano, no podía caer en la vergüenza de ser una madre antes de su tiempo. Con discrección se llevó a cabo todo. Luisi no conocio a otro hombre igual, pues la ternura que Manolito iradiaba, hacia olvidar su cuerpo, sus sudores, sus complejos...
Poco a poco vió con los ojos del corazon, y con esos mismos ojos veía a su hijo ya crecidito.

Aún no lo sabia Manolito...

Luisi no hacia más que darle vueltas en su cabeza a la idea de como se tomaría manolito el echo de ser padre, de si discreparía de una realidad tan patente, como siempre estaba acostumbrado a hacer, o si por el contrarío reflexionando y teniendo en cuenta mi marcha tras la cita en el laberito de plantas de boj, aceptaría la paternidad de su propio hijo.

Pero en el fondo de su corazón , estaba deseosa de contarle ya todo de una vez a Manolito. No sabía la reacción que él podía tener cuando le confesase que era padre de un niño adorable que ya tenía siete años. Un niño muy despierto y vivaracho, un niño cariñoso, sonriente y bondadoso , como su padre.
Manolito tomando la mano de Luisi le preguntó…. ¿ Sigues soltera …..? ¿ tienes novio….?... ella le contestó tímidamente….no. El enmudeció y de pronto se le heló la cara con la respuesta de ella…. ¿ No estás soltera….? , No, no tengo novio, Ufff, que alivio le entró a él, al escuchar esa respuesta, respiró profundamente y sintió una alegría enorme. En éste momento él se dio cuenta de que en todos éstos años que pasó sin ella había vivido sin vivir, y pensó que si seguía en el pueblo era porque lo que le estaba pasando en éstos momentos era justo lo que siempre había anhelado. El regreso de Luisi.
Ella dirigiéndose cálidamente y con tono dulce y tierno le preguntó mirándole a los ojos… ¿ y tú… Manolito, tienes novia… te casaste… qué ha sido de tu vida ? El la miró con los ojos rebosantes de ternura y de amor y la dijo….no, Luisi, para mi la única mujer de la que pude enamorarme …eres tú.
Ella sintió también alivio con su respuesta, pues para ella, él, era el hombre que llevaba en el corazón y no pasó un día desde que se fue del pueblo sin que le recordase.
Ahora he de regresar a casa Manolito, tengo cosas que hacer…¿ volveremos a vernos?. Si, claro , lo estoy deseando, yo suelo venir al parque todas las tardes. Luisi marchó apresurada, Pablito tenía que merendar…

...alguien le dijo a Manolito que habia visto a alguien muy parecido a él.

-Podría ser verdad lo que el otro día escuche en el cursillo. Hasta hace poco no le di inportancia a aquellas permanencias a solas con Luisi en el centro del laberinto de boj. Yo creía que esos juegos casi infantiles, sin ninguna maldad podría ser algo tan serio. Ahora ya sé que un desliz podría acarrear un disgusto. Cuando tenía 16 años, nadie me enseñó que "la felicidad estaba en mis manos..." ahora sé que se refería a la toma de mis decisiones sería el porvenir de mi desgracia, o de mi felicidad.... ¡Me siento tan perdido! y Luisi me inquieta todavia...

...ese misterio, esa cara todo el rato... esta mujer me esconde algo!

Como siempre, Manolito sólo veía el lado amargo de las cosas, como siempre, caminaba por la calle con su andar cremoso y pesado y como siempre, llevaba su ceño fruncido,
y sudado.

Absorto andaba en sus pensamientos cuando tropezó con un crío que corría como un conejo con un ataque de risa, huyendo de la persecución de una vieja que amenazaba con hacerle no se qué barbaridad en las orejas. Cuando miró al chico se quedó pasmado, era el vivo retrato de él mismo a los 7 años. El chico lo miró y él pudo ver las perlas de sus dientes perfectos dibujar la sonrisa más bonita y más traviesa que había visto en su vida.

-¿Cómo te llamas, enano?

-Pablito señor, y me quedaría hablando con usted de buena gana si no fuese porque mi abuela me persigue para que me coma un plato de una cosa asquerosa que no me gusta nada ¡¡y está a punto de alcanzarme!!

Y volvió a correr como un conejo loco, y Manolito le observó correr, regordito, con el pelo rizado y la sonrisa más bonita del mundo.

-Condenado crío, dijo la vieja resoplando, la vieja que no era otra que la madre de Luisi,- este nieto mío va a acabar conmigo, a ver si "su padre" se entera de una vez y lo mete en "verea"...

Y esto último lo dijo mirando de reojo a Manolito, que tenía la boca abierta como una ventana de dos postigos, y entonces ella fue testigo del milagro, del enorme agujero que era la boca y de su transformación ¡¡¡Manolito estaba sonriendo de verdad por primera vez en su vida!!!

La vieja sintió un pellizco en su interior al ver al oso gordo que siempre le había resultado tan desagradable convertirse en una especie de angelote regordete con la segunda mejor sonrisa que había visto en su vida, porque la más bonita era la de su nieto.

Se quedó observando cómo Manolito corría calle abajo dirección a la puerta donde estaba su hija, se quedó observando el cuadro muy quieta, todavía dividida, y siguió quieta cuando las gentes comenzaron a salir a los balcones y a las puertas a ver qué era el escándalo.

Y todos observaron cómo el hombre más odiado del pueblo también era humano, todos lo vieron ser feliz por primera vez en sus vidas, lo vieron sonreir como hasta entonces nunca le habían visto, y bailar como un fauno alrrededor de una hoguera imaginaria.

Todos fueron testigos de la felicidad de un hombre incomprendido.


FIN

Bueno, pues me ha gustado la historia, esta vez nos ha salido mejor, hemos sabido engancharla incluso escribiendo a la vez, por cierto, había un concurso en el barrio del que no llegamos a hablar
¿qué habíais pensado?

Felicidades a todos, y si seguimos, jeje, a lo mejor nos dan un "planeta" o un "Nadal"

El concurso consistía en elegir a alguien que debidamente vestido de Papá Noel, le representara en las próximas Navidades y alegrase a los niños del barrio y del pueblo. y.... ya se sabe, Papá Noel es un personaje gordito, gordito...gordito.... como Manolito.