TOPONÍMIA DE
TOPONÍMIA DE "SIERRA DE ALOR"
Independientemente de que la tesis del profesor Martínez Martínez fuese la correcta, habría que objetar que, sin embargo, la Sierra -desde que los templarios poblaron el territorio de Olivenza y lo que después fueron sus aldeas- ha sido conocida durante muchos años por otros nombres. Efectivamente, los documentos de la época portuguesa, que duró (con breves interrupciones) desde 1297 Tratado de Alcañices hasta 1801 Tratado de Badajoz, denominan a este lugar: Serra de Olor. Igualmente, los libros del archivo parroquial de San Jorge que empiezan en 1672 y acaban -redactados en lengua portuguesa- a 8 de Noviembre de 1804, dice así: «Freguezia de São Jorge de Olor, termo de Vila de Olivença, Bispado de Elvas».
Por su parte, el profesor Eduardo Barajas Salas atribuye el orígen del topónimo portugués OLOR a la gran riqueza y variedad de plantas aromáticas que se crían en este lugar. Pensamos que es bastante verosímil esta versión, pues la palabra olor en lengua portuguesa sólo puede tener connotaciones positivas, es decir, se utiliza para indicar buen olor, al contrario de lo que ocurre con la palabra cheiro que equivale a la castellana olor. Tal vez por esta razón, al pasar a la nacionalidad española en 1801, se le cambiase por ALOR.
Independientemente de que la tesis del profesor Martínez Martínez fuese la correcta, habría que objetar que, sin embargo, la Sierra -desde que los templarios poblaron el territorio de Olivenza y lo que después fueron sus aldeas- ha sido conocida durante muchos años por otros nombres. Efectivamente, los documentos de la época portuguesa, que duró (con breves interrupciones) desde 1297 Tratado de Alcañices hasta 1801 Tratado de Badajoz, denominan a este lugar: Serra de Olor. Igualmente, los libros del archivo parroquial de San Jorge que empiezan en 1672 y acaban -redactados en lengua portuguesa- a 8 de Noviembre de 1804, dice así: «Freguezia de São Jorge de Olor, termo de Vila de Olivença, Bispado de Elvas».
Por su parte, el profesor Eduardo Barajas Salas atribuye el orígen del topónimo portugués OLOR a la gran riqueza y variedad de plantas aromáticas que se crían en este lugar. Pensamos que es bastante verosímil esta versión, pues la palabra olor en lengua portuguesa sólo puede tener connotaciones positivas, es decir, se utiliza para indicar buen olor, al contrario de lo que ocurre con la palabra cheiro que equivale a la castellana olor. Tal vez por esta razón, al pasar a la nacionalidad española en 1801, se le cambiase por ALOR.
Enviado por: D. QUIJOTE | Ultima modificacion:07-09-2011 16:50
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