Ribera del Fresno - Badajoz

Se me ocurren las siguientes preguntas.

¿Tenemos a los gobernantes que nos merecemos?

¿Por qué la gente sigue votando en blanco?

¿Qué nos deparará el futuro?

Me parece que la inmensa mayoría de la gente vota a un partido como les gusta un equipo de futbol, eres DER BETIS o del sevilla (sobre todo DER BETIS) aunque haya tenido una mala temporada, y ya sabes a quien vas a votar antes de conocer ninguna propuesta, la mayoría no conocemos los programas electorales, no sabemos que significa que va a subir el Euribor, ni quien aprobó aquella ley tan polémica que ahora nos putea tanto... los debates los gana el que más y mejor insulta, no el que hace las mejores propuestas.

Desde luego que admito el valor que puede tener el ejercicio de nuestras libertades y el crear un debate en torno a cosas que si nos interesan...pero cuanto tiempo tardarán en cambiar las cosas??

En valencia o Alicante..ni idea, ha vuelto a salir elegido Camps, que presuntamente es corrupto, pero no es el único, hay cientos de políticos de distintas ideologías con los mismos pecados.

¿Ganará Rajoy las generales?

Saludos.

Las elecciones autonómicas y municipales de este fin de semana han dejado una larga retahíla de titulares. Con un resultado mucho más duro para el PSOE de lo que las encuestas preveían, la política se precipita inevitablemente hacia las elecciones generales que el año que viene nos darán un nuevo presidente del Gobierno. Los cinco grandes hitos de estas elecciones podrían resumirse en.

El PSOE ha sufrido un descalabro cuyas consecuencias notará de aquí a un tiempo. Con Vigo como principal ciudad socialista del país y Extremadura como única región que podría conservar, el panorama es desolador. Es de esperar que el Partido Popular no sólo redoble su bloqueo a las iniciativas centrales en las regiones que ya lo hacían hasta ahora (como la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana con la ley de dependencia), sino que intensifiquen sus ataques desde sus nuevos frentes: Castilla – La Mancha, Aragón, Baleares...

El PP aventaja en diez puntos a los socialistas en voto real a nueve meses de las elecciones generales, algo que coloca a los populares como una opción incontestable de Gobierno. La situación no es producto de las propuestas del partido para solventar a la crisis, sino más bien de sentarse a esperar que sus enemigos políticos se cocieran en sus propias brasas. Posiblemente, si llegan a La Moncloa, los calores vendrán más adelante, cuando tenga que sacar la tijera que tanto ha denunciado desde la oposición, como hizo Camerún en Reino Unido o Más en Cataluña.

Bildu irrumpe con fuerza en el panorama autonómico, emergiendo como segunda fuerza más votada de Euskadi y primera en concejalías. Más que aparecer de la nada, la formación abertzale ha conseguido recuperar el voto histórico de formaciones como Herí Batasuna o Euskal Herritarrok, que rondaban el 20% en sus mejores tiempos. El resto del auge de sus votos habría que agradecerlo a la exposición mediática que han tenido a causa del proceso de ilegalización de Sortu y al hastío de una buena parte de la opinión pública vasca que está en contra de la Ley de Partidos.

IU renace en parte de sus cenizas y comparte su papel de secundario con UPyD. Los primeros han conseguido un auge agridulce, ya que han perdido su histórico feudo de Córdoba al tiempo que se han convertido en imprescindibles socios de Gobierno en Extremadura después de arañar votos a la izquierda descontenta con el PSOE. Los segundos, cuyo crecimiento habría que buscar en los indecisos y los descontentos de centro-derecha, emergen con fuerza en Madrid y con cierta resonancia en ayuntamientos como el de Granada. Mientras, otras formaciones se diluyen, como un ERC que mató a su padre en un ataque de ego autodestructivo.

El voto en blanco se multiplica y se convierte en la expresión de centenares de miles de indignados. Algunos analistas meten en el mismo saco este voto de consciente discrepancia con el voto nulo, que puede deberse a variadísimos factores, para hablar de una cuarta o quinta fuerza política en el país. Aunque el crecimiento es muy significativo, el porcentaje total de votos apenas supera el 2,5% del total.

Estos cinco hechos abren otros tantos interrogantes, en base a los cuales se dirimirá el futuro político inmediato del país.

La recuperación socialista depende de muchos factores, que sus medidas económicas empiecen a dar resultado, que sus votantes juzguen excesivo el castigo recibido y decidan volver a votarles, que ETA dé un paso más hacia su desaparición... Pero, sobre todo, de que presenten algo más que un candidato nuevo, con carisma y con ideas, necesita que el proceso de primarias en el que se va a embarcar no haga del PSOE ese reino de taifas que estalló tras la derrota de Felipe González. Por cierto, muy significativo que ni Rubalcaba ni Chacón aparecieran ante los medios en la comparecencia de Zapatero, el partido no quiere quemarles antes de decidir qué hacer.

El nuevo mapa autonómico dibuja también un nuevo mapa dentro de los partidos. El PSOE se ha quedado sin barones y, como era de esperar, hasta quien parecía el señalado para tener un papel importante en el postzapaterismo, Tomás Gómez, ha sufrido una derrota que le deja desmarcado de su trayectoria. En el PP sucede lo mismo: ya no sólo de Camps y Aguirre vive Rajoy. De hecho en el balcón de Génova se escenificó parte de esta nueva situación, las palabras de Gallardón elogiando a Rajoy contrastaban con las de Aguirre, centradas en Madrid únicamente. Otros nombres, como los de Rudi, De Cospedal o Herrera emergen para pedir paso en un equipo de gente afín a Rajoy en su camino hacia La Moncloa. Un equipo, por cierto, limpio de la sombra de corrupción que, pese a que no les ha pesado en las urnas, aún puede dar muchos disgustos en el PP.

El PNV tiene la sartén por el mango, pero también un grave dilema.

Puede optar por ganar poder en Euskadi pactando con Bildu, formación cuya legalización ha demandado hasta la saciedad, y tensar la cuerda hasta romper el pacto PSOE - PP en la lehendakaritza, aun a riesgo de que apostar por el voto soberanista le desangre como sucedió tras el fiasco del Plan Ibarretxe. O puede contener a Bildu en Euskadi y seguir siendo el socio predilecto de un Gobierno tan necesitado que le podría conceder casi cualquier cosa a cambio de una tregua en el Debate sobre el Estado de la Nación y un voto favorable en los Presupuestos.

Mientras IU depende de la desilusión del votante del PSOE, UPyD depende de sí mismo. Tras haber dado un paso más en su estrategia de presentarse sólo en aquellos sitios donde podía maximizar sus apoyos en forma de escaños, mantener sus 152 concejales pondrá a prueba que el partido es algo más que una suma de descontentos capitaneados por Rosa Díez y dos o tres nombres más.

Los indecisos siguen siendo los que crean gobiernos, no tanto por el electorado del PP, que sigue creciendo elección tras elección (en esta ocasión con medio millón más de apoyos), sino por el lado socialista.

Si el PSOE consiguiera que ese medio millón de votos en blanco le apoyara como hizo en las dos elecciones generales anteriores, la cosa cambiaría bastante. El millón y medio de apoyos perdidos por los socialistas no sólo se han convertido en votos en blanco, sino también en apoyos a fuerzas secundarias. Cuando el PSOE lo pasa mal el bipartidismo se diluye.

Saludos.