REFORMA DE LAS PENSIONES De repente, sin recuperarnos, a pesar de habernos dicho que éramos los mejores, de habernos prometido que no se tocarían los logros sociales conseguidos, nos enteramos que se puede alarga de 65 a 67 años, la edad legal de jubilación, se emplearan los años de vida laboral para calcular la pensión y se estudia un posible cambio en las pensiones de viudedad y de los huérfanos. Las soflamas triunfalistas y optimistas han quedado superadas por la realidad existente. Se pasa de haber prejubilados en cantidad (algunos con poco más de 50 años), a una posible elevación de los años en la jubilación, que según unos pocos y en contra de los sindicatos, es la salvación del sistema. Lo triste es que se comience a salvar los platos rotos a costa de los jubilados, viudas y huérfanos. La reforma puede ser necesaria, pero las formas actuales de hacerlas no son muy correcta, en un clima de paro y de inseguridad. Esta reforma del sistema de pensiones, amenazan las buenas relaciones entre el gobierno y los sindicatos. Aunque se dice que es necesaria, puede que sea difícil el ser aprobadas en el pacto de Toledo. ¿Qué harán los sindicatos? No creemos que solo con estas medidas sean la salvación de las futuras pensiones. Las pensiones dependen de la creación de empleo que determina un aumento de personas cotizando. Hay 4.500.000 parados, un déficit en la administración del 11,4 % y una gran desconfianza en nuestros políticos sea del partido que sea; por ello es necesario el crear empleo, el disminuir la deuda pública y que haya gente trabajadora y preparada que nos guié por este vía crucis...
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