Las Formas y Estilos de Arte Flamenco x PONENCIA AL XXXV CONGRESO INTERNACIONAL DE ARTE FLAMENCO. CADIZ 2007 Autor: D. FRANCISCO ZAMBRANO VÁZQUEZ. DESARROLLO DEL TEMA: La denominación de las formas o estilos del flamenco, es una asignatura que tenemos pendiente todos los que de alguna forma vivimos y nos interesamos para y por este arte popular. A ninguno se nos escapa que por las características de este maravilloso arte musical, su origen de quienes lo crearon y recrearon y la fama o mejor la mala fama que, hasta hace nada, tenían el flamenco y los flamencos, en sus denominaciones existen muchos puntos débiles y confusos. Un ejemplo demostrativo de lo que digo puede ser la definición del flamenco, que se hace en el Diccionario Completo de la Lengua Española de Rodríguez Navas de primero del siglo pasado: "Es un cierto género de cante y baile, sumamente descarado y obsceno, muy usado entre gente humilde y de mal vivir". Sin embargo esto no era óbice para su popularidad, de otra forma no se entendería la critica, unos años antes, en 1881, del reconocido antiflamenco Leopoldo Alas "Clarín", cuando reconocía muy a su pesar: "El cante es el único género artístico que propera, cante en la Comedia, Cante en Variedades, cante en Lara, cante en la Zarzuela, cante en Arderius, cante en Martín. El cante ha derrotado a Echegaray..." Por las características y razones apuntadas y otras muchas más que podríamos señalar, muchas de las denominaciones con las que se conocen y nombramos a las formas o estilos del flamenco, con solo moverlas un poco, se caerían por su base, sobre todo las personales. Y creo que no hace falta señalar esa serie de tonas, siguiriyas, soleares, por nombrar algunas: de Frascola, del Fillo, de Charamusco, etc..., que están en el terreno de la nebulosa, la reconstrucción y la leyenda, sin que haya documentación que las sustente. Que decir por ejemplo de la famosa media granaina, de los cantes hispano-americanos o de "ida y de vuelta", de los "cantes de las minas", con sus tarantas reconvertidas en murcianas y levantinas o de la famosa taranta clásica y de los cantes de madruga. El maestro Fosforito, podría contarnos, por ejemplo, cómo hizo suerte denominando TARANTO, a ese cante que así hoy lo aceptamos y reconocemos todos, cuando antes partía de otra denominación: "Un nombre macho, para un baile con estos aires" le demando Fernanda Romero, y la fina inteligencia del maestro encontró el nombre en la denominación que recibían los mineros o trabajadores de Almeria... Continuare
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