¿Cuántas lunas hay en tu rostro? Fosilizadas en cada una de tus esperanzas, Atrapadas en el eco de tus aullidos, Que aún perturban a la madrugada.
¿Cuántas lluvias hay en tus ojos? Cristalizadas en tus horizontes, Disecadas en los descenlaces comerciales De cada novela rosa que has vivido.
¿Cuántas estaciones han visitado tus suspiros? Si en la primavera de tus ardores, Se hallan los veranos de tus alegrías Y las añoranzas de tus otoños, En cada copo de nieve del invierno de tus lágrimas.
¿Cuántas palabras hay en tus manos? Cada una que has callado Y te has negado a escribir, Algunas, han fallecido en el olvido.
¿Cuántas veces te has visto dentro de ella? Cada que me atrapa en una mirada, Y me ciega las penumbras con su sonrisa, Es la enfermera de cada una de mis viejas heridas.
¿Cuántos pasos hay en el pasado de tus huellas? Duraderas, superficiales, profundas, Analíticas, desesperadas, embusteras, Sólo un par caminan de frente, y son las que sigo.
¿Cuántas lunas hay en tus musas? ¿Cuantas musas hacen sólo una? Somos materia exclusiva de nuestra intimidad, Un brassiere en el piso, una sonrisa y un corazón.
ESTOPA Y CHAMBAO LUNA LUNERA
¿Cuántas lunas tiene Júpiter?
Júpiter tiene por lo menos 61 lunas conocidas. Las cuatro más grandes son llamadas Io, Europa, Ganímede y Calisto. Estas cuatro lunas son llamadas los satélites Galileanos porque ellas fueron primero vistas en 1610 por el astrónomo Galileo Galilei. Ganímede es la luna más grande en el Sistema Solar, con un diámetro de 3,260 millas. Io tiene una gran cantidad de volcanes activos y está cubierta con azufre. Calisto tiene un océano acuático debajo de su superficie de hielo rocosa, altamente bombardeada y cubierta de cráteres. Europa, la cual está cubierta por una superficie de hielo agrietada, también puede ser que tenga un océano de agua líquida. Las otras lunas son más pequeñas y tienen formas irregulares. Se piensa que la mayoría de estas lunas pequeñas son asteroides que fueron atrapados por la fuerte gravedad de Júpiter.
Los Halcones Del Estrecho - Pasodoble - Despues de unas cuantas lunas
LA LUNA
La luna se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas. Es buena como hipnótico y sedante y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama, para ser rico sin que lo sepa nadie y para alejar a los médicos y las clínicas. Se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna a los presos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.
Jaime Sabines
La Luna y el Toro
Hombre que mira la luna Es decir la miraba porque ella se ocultó tras el biombo de nubes y todo porque muchos amantes de este mundo le dieron sutilmente el olivo
con su brillo reticente la luna durante siglos consiguió transformar el vientre amor en garufa cursilínea la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli
cuando los amantes ricos la miraban desde sus tedios y sus pabellones satelizaba de lo lindo y oía que la luna era un fenómeno cultural
pero si los amantes pobres la contemplaban desde su ansiedad o desde sus hambrunas entonces la menguante entornaba los ojos porque tanta miseria no era para ella
hasta que una noche casualmente de luna con murciélagos suaves con fantasmas y todo esos amantes pobres se miraron a dúo dijeron no va más al carajo selene
se fueron a su cama de sábanas gastadas con acre olor a sexo deslunado su camanido de crujiente vaivén
y libres para siempre de la luna lunática fornicaron al fin como dios manda o mejor dicho como dios sugiere.
Mario Benedetti
Raul Di Blasio - Luna De Paris La Luna
Mi luna, te pedí que no te alejaras de mí porque la tristeza que me lleva al fin; entre llantos, de noche te vi partir dejando así la tibia fragancia con la que nací.
Mi suave caricia, mi dulce mirar tiernas noches de claridad me dejaste de mostrar dejándome al olvido y en la oscuridad
Luna, mi luna amada te pedí que no te alejaras de mí porque la soledad es eterna y no tiene fin.
Luna, mi luna compañera de horas de tranquilidad sollozando bajo tu cielo, consolaste mi verdad, al saber de mi tristeza rompiste con tu promesa de no dejarme jamás. (Soledad B. Castro)