Nogales - Badajoz

La foto está hecha desde el camino que sube, o baja, desde Nogales hasta el puente medieval que salva el paso de la Rivera, entrando ya en zona urbana, un poco más arriba está el cañón de las otras fotografías.

Lejos, en la falda de la sierra, el cortijo que se ve es el del Marqués de Monsalud. Aunque lo parezca, la subida hasta el mismo, no es nada fácil y seguir hasta más arriba, tampoco es moco de pavo. Eso sí, si alguien desea visitar estos hermosos parajes, que se tome su tiempo, se pertreche con un buen calzado, agua y algo para comer, y adelante, que de los cobardes nunca se escribió nada bueno.

LA SIERRA DE MONSALUD Y SU FIRME RESISTENCIA:
Ante el miedo y la preocupación de que, desde la sierra, se produjera algún ataque de sorpresa, las autoridades locales de Nogales mandaron levantar tapias suficientemente altas en las bocacalles de la “ladera del sol”, concretamente, la que da a la plaza por la calle José Bernáldez Grinda, y la callejilla de Jarones. La entrada a Nogales por la carretera de Salvaleón no se cerró, por no cortar el paso, pero sí que se vigiló desde la cocina de mi casa, en cuya pared abrieron dos enormes aspilleras invertidas,1 ocupadas por sendos fusileros –creo que iban vestidos de azul-, que durante toda la noche tenían allí un permanente puesto de guardia. Durante los meses del invierno nos consumieron bajo la gran campana de la chimenea toda la leña de quemar que había en el corral, tanto menuda, como gorda. La mía fue la única de todas las casas de Nogales constituida temporalmente en atalaya vigilante, en donde entraban y salían durante la noche, mientras mis padres y mis hermanos dormíamos o velábamos. No recuerdo cuánto duró
aquello.

ASÍ EMPIEZA EL CAPÍTULO 33.