NO MAS HUMOS POR FAVOR No estamos acostumbrados a ver unanimidades en el Congreso de los Diputados. Por eso, entre otros motivos más relacionados con la salud pública, ha sido noticia que sus señorías, de todos los partidos y colores, hayan decidido unánimemente, que el Parlamento aborde la reforma legal que prohibirá definitivamente fumar en lugares de pública concurrencia. Seguramente, el hecho de que cada año mueran en España 50.000 personas a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco, o que otras 150.000 estén aquejadas de diversas patologías, relacionadas también con el consumo de tabaco, ha tenido mucho que ver con esa fotografía de todo el arco parlamentario dando luz verde a una proposición de ley. También ha influido el hecho de que hayan ido por delante de nosotros un sinfín de países desarrollados, en los que, desde hace tiempo, la prohibición de fumar en locales cerrados de pública concurrencia está en vigor. Incluso, en los países menos desarrollados. Hasta en Oriente Próximo han empezado a implantarse normas para combatir el consumo de tabaco en espacios públicos cerrados. A excepción de Líbano, casi todos los países de la zona han puesto en marcha legislaciones que van desde la prohibición de fumar hasta en los coches, si en su interior viajan niños menores de 12 años, como ocurre en Emiratos Árabes, hasta la prohibición del consumo de tabaco, ya sea en cigarrillos o en la característica “pipa de agua” que tanto se consume por allí. Pero tiene mucho que ver con esta nueva vuelta de tuerca de la ley antitabaco el grado de incumplimiento de la legislación vigente que es elevado y creciente año tras año. Si la ley no funciona, porque se la salta el más pintado, habrá que mejorarla y, para los no fumadores no hay mayor mejoría que la de delimitar muy bien los espacios públicos cerrados y convertirlos en espacios sin humo. Otras dos buenas noticias serían la bonificación de los empresarios que realizaron modificaciones en sus respectivos negocios para adecuarse a la ley vigente, aunque representen una minoría en el sector, y la inclusión de los tratamientos de desintoxicación en los servicios sufragados por la Seguridad Social. A medio y largo plazo, eso generaría ahorro. |