La Roca de la Sierra - Badajoz

Me gustaría que fuerais sinceros... lo escribí una tarde de paranoia... es un relato sobre una barriga.

Resulta que en un pueblo extremeño, allá por los años en los que los back street boys llenaban de heces sonoras las ondas de nuestros aparatos, habitaba una barriga. Una tripa tan bien lograda a lo largo de los años que hubiese aumentado su diámetro hasta su máximo exponente de no ser por unos leves períodos de dieta obligatoria que debía respetar por causas ajenas a ella, por suerte esto pasaba como mucho cada cuatro años. Ese período de sequía de morcilla de boferas lo aprovechaban los agricultores de ese pueblo para pedir subvenciones, beber cerveza y sembrar, respectivamente, lo que habían de ser las provisiones del año para tan descomunal protuBerancia.
La antiestética y gaseosa barriga al principio de su crecimiento era condescendiente con los sabrosos manjares que se le iban presentando, dejando de tragar cuando el ombligo pasabaq de ser cóncabo a convexo. Nadie se quejaba, ella comía lo que habían comido barrigas anteriores a ella.
Esto fue a más. Con el paso del tiempo esta señora barriga se iba convirtiendo en una panza superlativa a base de cervezas, grasas saturadas y tigretones (que por aquella época todavía no se había descubierto que estaban hechos de deditos de bebé, que engordan muchísimo!!). Nada le saciaba; poco a poco fue arrasando con las cosechas, con el ganado y con todos los tigretones que fueron sustituídos en su dieta por personas.
La bola descomunal de carne y pelo en la que se había transformado; sorprendentemente, con el trabajo y el esfuerzo de la gente, se había convertido en un problema real para estos pueblerinos. Pero tenían que seguir manteniéndola! Era la barriga más ilustre de la zona y, además, tenía mucho carisma!!.
Llegó el día crítico en el que las personas del pueblo no se dedicaban otra cosa que a la labor poco gratificante de llenarle el depósito de grasas a la tripa que a cada poco aumentaba un centímetro. Los back street boys habían dejado de estar de moda, su música era el tostón supremo, ya no sonaba y pensaron que sería bueno dedicarse a otra cosa. Al final con los boleros tampoco les fue bien y tuvieron que retirarse a vivir dentro de un urinario público porque todo el mundo les apedreaba.
Hundidos en la miseria, los habitantes de la villa junto con los concejales reuniéronse en consejo urgente para comerse las dos últimas cabras y para pactar un trato con el intestino gigantesco que ya copaba varias calles del pueblo. El trato fue el siguiente: el tripón peludo no se los comía siempre que le diesen de comer, así que, como ya no les quedaba comida porque se habían zampado las dos últimas cabras le iban tirando pedazitos de perros y gatos al principio; luego de discapacitados, al fin y al cabo... y eso que Paco "el mudo" era el concejal de urbanismo!
La gente se fue marchando del pueblo. Ya casi abandonado el lugar y desolado por la bestia decidieron acabar con ella. Quedaron por la noche, talaron una encina, se la empalaron por el culo a "Don Ramón", el cura del pueblo que también estaba bien gordo y se lo ofrecieron a la criatura. El palillo quedó atascado en el píloro causándole una hemorragia que acabó rebentando el zeppelin peludo y llenando de sangre, vísceras y mierda todas las calles del pueblo.
Un señor mayor se dió cuenta que esta barriga tenía cabeza. Era la del señor alcalde. Bueno, ya estaba muerto y había mucha hambre así que se lo zamparon. Con sus intestinos hicieron farolillos y los colgaron por toda la plaza... muy bonito pero muy sucio y con su cabeza no hicieron nada porque de donde no hay no se puede sacar. FIN.

Esta bien.........jejeje como la vida misma

concavo, se escribe con "v"

se te puede perdonar la bazofia de escrito porque lo hiciste en una tarde de paranoia, que sino....la escritura no es lo tuyo.

Pues si no te gusta no lo leas más. Hay a gente que sí le gusta.

A mí la verdad es que me ha hecho pensar, no está mal.