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23-01-12 19:36 #9490135
Por:arrollo el gato

Reconocimiento a un extremeño
Un inventor extremeño rescatado del olvido

22.01.12 - 00:12


FRAN HORRILLO | VILLANUEVA DE LA SERENA.


Carlos Galán de la Torre diseñó en el año 1971 el avisador de radares de navegación que llevan hoy los buques

Este villanovense ha sido reconocido a nivel nacional e internacional, pero se siente ignorado en Extremadura

El sencillo gesto de pintar su nombre en la pared de un nuevo parque, junto con el de otros ilustres artistas y personas relevantes nacidas en Villanueva de la Serena, ha servido para que muchos villanovenses hayan podido conocer que tienen un paisano que fue capaz de diseñar y construir con sus propios medios el prototipo del avisador de radares de navegación. Un artilugio imprescindible hoy en día en todos los buques.

Ese paisano se llama Carlos Galán de la Torre, tiene 69 años y aunque creció y vivió buena parte de su juventud en su Villanueva natal, en la actualidad reside en León.

Nació en la calle Olivarcillo, actualmente Carlos Santamaría. Su padre era técnico electricista y trabajó hasta su prejubilación en la fábrica de abonos de Villanueva, salvo un paréntesis de varios años en los que estuvo en la Jabonera.

Él estudió el Bachillerato Elemental en el Instituto Laboral 'Pedro de Valdivia' de Villanueva. Y ya en enero de 1961 ingresó en la Armada, donde estudió Electricidad, Electrónica y Equipos de Radar y Sonar en la Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada (ETEA). Allí hizo prácticas y se licenció en enero de 1965.

Tras tres años en la factoría de Sabiñánigo de Aluminio Español, su ingreso en IBM España en 1968 fue crucial para el alumbramiento de su invento.

Galán recuerda que la bombilla se le encendió un buen día de verano, en 1971: «La idea surgió cuando en el telediario de las 9 de la tarde dieron la noticia de la colisión de dos buques. Era la primera de este tipo que oía y me sorprendió que pudiera ocurrir una cosa así cuando ambos barcos, por su gran tonelaje, debían llevar radar. Cavilé acerca de la causa de la colisión y, concluyendo que detrás del suceso podía haber un mal uso de la facilidad del radar, concebí la idea del avisador y estuve trabajando en ella hasta cerca de las 5 de la madrugada».

El resultado final fue el diseño de un dispositivo que avisa de la aproximación al buque de un objeto (nave, costa, etcétera..), mientras navega en mar abierto.

Carlos explica que antes de su avisador, los dispositivos eran muy pesados: «El radar era un equipo silencioso, y se limitaba a mostrar en su pantalla una imagen de trazos o puntos luminosos de diversas formas y tamaños, dependiendo de los objetos que hubiera dentro de su radio de alcance. Sin embargo, la observación de la pantalla producía fatiga. En los buques de guerra, como yo bien sabía, había personal de sobra para turnarse ante la pantalla de radar, pero no sucedía lo mismo en los buques mercantes».

Por tanto, el avisador de radares «es como un observador infatigable de la pantalla, que avisa de diferentes formas, o luminosa o acústica, de la aproximación al barco propio de un objeto, a una distancia igual o menor a la establecida con anterioridad». En definitiva, el avisador permite al personal de un mercante desentenderse de la pantalla del radar cuando no hay nada en las cercanías.

Por este invento, el villanovense recibió los máximos reconocimientos a nivel nacional, con la concesión del Premio García Cabrerizo en 1972 que era entonces como un Premio Príncipe de Asturias, y también internacional, con la obtención de una Medalla de Oro y felicitación especial del jurado en el XXI Certamen Internacional de Invenciones de Bruselas.

Décadas después admite que su invento era rentable, aunque reconoce que lo realizó «en un tiempo en el que estaba muy alejado profesionalmente de la inventiva y desconocía todo acerca de ella, por lo que no supe venderlo, ni tampoco estaba en mi mano fabricarlo ni comercializarlo». De hecho, años después supo que lo fabricaba una empresa de Barcelona pero indica que no hizo «nada al respecto porque suponía que mi economía no estaba para tales pleitos». Una noticia que le dejó «un placer amargo».

En definitiva, su invento ha dejado una gran riqueza al sector de la navegación, aunque poco dinero en su bolsillo: «El saldo económico de este invento es negativo. En el haber está únicamente la dotación económica del 'García Cabrerizo'. En el debe están los gastos de solicitudes de patente y otros más, como viajes, materiales para construir el prototipo, etcétera...».

Aunque si algo ha reconfortado a este inventor extremeño es el hecho de que haya podido diseñar un artilugio careciendo de una formación superior: «No pude cursar estudios superiores, pero llevado por mi ambición profesional utilicé mis puestos de trabajo para acrecentar mis conocimientos técnicos en sus respectivos campos de actividad. En el acto de entrega del Premio García Cabrerizo, el ponente dijo en su discurso que yo era el prototipo del hombre hecho a sí mismo o 'self made man', y que había demostrado ser un verdadero ingeniero al haber diseñado y construido con mis propios medios el prototipo del avisador. Y eso me llenó de orgullo».

Esa ambición hace que en la actualidad tenga ganas y tiempo para seguir maquinando nuevos inventos. Como avanza, ahora trabaja en uno relacionado con la seguridad, que evitaría muchos accidentes y la pérdida o el deterioro de muchísimas vidas humanas. «El invento en el que estoy trabajando actualmente tiene que ver con una idea que tuve hará unos 39 años, a la que en todo este tiempo no había encontrado una solución práctica, pero que ahora puede tenerla con las nuevas tecnologías. Tiene que ver con el tráfico rodado y, de ser aceptado por los gobiernos de los principales países, España incluida, supondría una revolución en ese campo. Uno de sus efectos colaterales sería la creación de empleo, también en Extremadura», una región que le vio nacer pero en la que no se siente reconocido.

«Me siento ignorado, pues para ser reconocido primero hay que ser conocido. Cuando fui premiado en 1972 fueron muy pocos los medios de comunicación que dijeron que era extremeño y concretamente de Villanueva de la Serena. Si bien, el diario HOY publicó la entrevista que me hizo su corresponsal aprovechando la visita que hice a mi tierra poco después de aquello».

Por eso, está agradecido al Ayuntamiento villanovense por el detalle que ha tenido de incluir su nombre entre los personajes ilustres que decoran la pared del nuevo parque de Castelar. Un detalle que está convencido que servirá para que muchos paisanos le conozcan y así este inventor extremeño pueda ser rescatado del olvido.

Saludos.
Puntos:
24-01-12 21:26 #9505665 -> 9490135
Por:moca

RE: Reconocimiento a un extremeño
No me puedo creer que algo asi no se haya reconocido como se merecia,me alegro de que se hayan acordado y pongan su nombre como se merece

Saludos
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