ALLAN KARDEC Y EL ESPIRITISMO Allan Kardec,fue uno de los principales promotores del espiritismo, al que trató de dar un carácter científico. Sus escritos son aceptados por centenares de miles de personas como expresiones de poderes sobrenaturales, particularmente en Brasil, donde sus libros gozan de una amplia distribución. Varias conocidas enciclopedias españolas, como la Nueva Enciclopedia Larousse, explican que Allan Kardec es el seudónimo del escritor francés Léon Hippolyte Denizard Rivail, que nació en Lyon en el año 1804 y murió en París en 1869. A los diez años fue enviado a cursar sus estudios a Suiza, donde llegó a ser alumno de Pestalozzi, reformador pedagógico. Para 1824 ya se había trasladado a París, donde se dedicó a la enseñanza y, con el tiempo, llegó a ser miembro de la Real Academia de Ciencias Naturales de Francia. En 1854 Rivail fue iniciado en un pasatiempo popular de mediados del siglo XIX: intentar comunicarse con los espíritus de los muertos. Al año siguiente fue testigo ocular de fenómenos tales como mesas que giraban y escritura psicográfica. Quedó convencido de la existencia de una región espiritual habitada por las almas inmortales de los muertos y de que era posible comunicarse con ellas. Las fuerzas espirituales invisibles no perdieron tiempo en utilizarlo como su instrumento. Su “espíritu familiar” le informó que en una existencia previa, en el tiempo de los druidas, había vivido en la Galia y se llamaba Allan Kardec. Además, los espíritus le anunciaron por medio de diferentes médium que “habían llegado los tiempos fijados por la Providencia para una manifestación universal y que, como ministros de Dios y agentes de su voluntad, ellos tenían la responsabilidad de instruir e iluminar a los hombres, dando comienzo a una nueva era para la regeneración de la Humanidad”. Profundamente impresionado por todo esto, Rivail comenzó a ordenar una inmensa colección de escritos psicográficos que le proporcionaron sus amigos espiritistas. Empezó a asistir con regularidad a sesiones espiritistas, preparado siempre con una serie de preguntas que se le respondían por medio de los médium de “manera precisa, profunda y lógica”. Toda esta materia, debidamente “repasada y corregida” por el “Espíritu de la verdad” a través de un médium, fue publicada en 1857 en El libro de los espíritus, su primera obra con el seudónimo Allan Kardec. Desde el mismo principio Rivail dejó claro “que los Espíritus, siendo simplemente las almas de los hombres, no tienen ni conocimiento supremo ni sabiduría suprema; que su inteligencia depende del progreso que hayan hecho y que su opinión no es más que una opinión personal”. A lo largo de sus escritos psicográficos habla de espíritus superiores e inferiores, espíritus buenos y malos, espíritus menores, espíritus malvados y rebeldes, espíritus errantes, espíritus vulgares y espíritus mentirosos. Estos se presentan a los médium bajo nombres muy conocidos, como: Sócrates, Julio César, Agustín, Carlomagno, George Washington, Mozart y Napoleón. En su libro titulado Lo que es el espiritismo, Rivail también admite que algunos espíritus son “mentirosos, fraudulentos, hipócritas, malvados y vengativos” y capaces de utilizar lenguaje grosero. Entonces, ¿por qué habían de molestarse los humanos en analizar el espiritismo? Rivail respondió: “Para probar, materialmente, la existencia de un mundo espiritual”. Pero esto no era necesario. Miles de años antes de que naciera Rivail, los que han creído en la Biblia han tenido conciencia de la existencia de esa región espiritual. El Dios al que adoran los cristianos es el Espíritu Supremo. El propio Jesús dijo: “Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad”. (Juan 4:24.) Los cristianos que sirven a este Dios con todo su corazón experimentan la influencia que ejerce en su vida y no dudan en absoluto de su existencia. Los cristianos también saben que existen otros espíritus: Jesucristo y sus santos ángeles, que hacen la voluntad de Dios. Según los publicadores de una edición portuguesa del libro de Rivail, “el papel que desempeña El libro de los espíritus es el de ayudar a todas las demás religiones a consolidar la creencia en la inmortalidad del alma”. Pero es imposible que esta creencia sea correcta. La Biblia dice que el alma humana no es inmortal. “Los vivos están conscientes de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.” (Eclesiastés 9:5.) La Biblia también contiene la firme advertencia: “El alma que esté pecando... ella misma morirá”. (Ezequiel 18:4.) ¿Quiénes eran entonces los espíritus con los que se comunicó Rivail? Solo puede haber una respuesta: Esos espíritus tienen que pertenecer a otro sector de la región de los espíritus: los demonios. Veamos cómo describe el discípulo Judas a los demonios: “Los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación”. (Judas 6.) Efectivamente, los demonios son ángeles que se rebelaron contra Dios. Por eso, en la Ley que dio a Israel, Dios prohibió terminantemente a los israelitas que consultaran a los médium espiritistas como hizo Rivail. (Levítico 19:31.) El hecho de que a veces sus palabras puedan haber sido hermosas y hayan expresado ideas nobles, no significa nada. El apóstol Pablo da esta advertencia: “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz”. (2 Corintios 11:14) Saludos |