La Coronada - Badajoz

Estoy convencido que algunos como yo tuvieron la ocasión de ser invitados a la boda de alguien en el pueblo cuando el bolsillo y la costumbre no permitía que fuera tan fácil a nivel práctico celebrarlas como se suele hacer hoy en día.Aunque con esto de la crisis no se si alguno al menos se lo habrá pensado.

Por aquel entonces todo la celebración se llevaba a cabo dentro de casa, eso si ,en la del novio o novia, individualmente cada uno en la suya.
Dos modalidades de invitación eran las corrientes, una para personas menos allegadas ,vecinos,conocidos ,parientes lejanos etc denominadas como “el convite” y otra para la familia o algún vecino o amigo especial etc llamada “por todo el día” .

Los que eran invitado por el convite, eran como si dijéramos en términos médicos de régimen ambulatorio.
Todos los invitados en general, después de la ceremonia en la iglesia a la que ni a la mas aguda imaginación se le hubiese ocurrido renunciar nadie, tantos los que eran invitados por parte de la novia como del novio, hacían un recorrido por ambas casas.

Allí enfilados a lo largo del pasillo ancho y espacioso de las casas mas antiguas, hechos en esas dimensiones con objeto de facilitar el acceso a las bestias de carga y desembocando hasta el mismo corral, la gente se iba perfilando a ambos lados para dar paso a la persona que haría desfilar unas bandejas de dulces normalmente de fabricación casera. La frecuencia de estos desfiles solía ser de dos a tres veces , según la generosidad ,disposición o economía de la familia.

Para los hombres(además) ,una botella de anís con dos copas se paseaba igualmente , para acompañar a las rosquillas o mantecados ,que sin vasos desechables disponibles, eran servidas en el mismo envase a todos lo que consentían en el ofrecimiento .Tengo que decir que sin estar en edad para ello alguna de estas copas se saltaron el protocolo en mi caso particular cuando era aun muy joven o siendo monagillo que automáticamente nos daba invitación (de convite)para todas las bodas.¡con la iglesia hemos topao!.

En cuanto se acababa los pases de dulces en casa de la novia donde si no recuerdo mal se iba primero; de inmediato para todos los invitados, volvía a repetirse el proceso pero esta vez en casa del novio.
Los invitados por todo el día era otra cosa, comían en casa del novio o novia del que fueron invitados .Allí se servía una comida a veces hecha entre fogones de grandes ollas negras en el mismo corral,a base de fuego y del calor de la leña de encina ;donde la dura carne de cabra u oveja se daba por vencida e iba ablandando sus fibras.

Tras la comida y la bebida (todo hay que decirlo )con el ánimo mas elevado, algunos pretendidos por los comensales ,conocedores de sus cualidades ,elevaban sus voces bien afinadas ya por el etílico y se dejaba escapar algún que otro fandango,jota e incluso alguna poesía que alguien se sabía de memoría y que a modo de juglar o romancero se repetía en similares situaciones, sin que por ello nadie mostrase hastío ni falta de aprecio.

Eran tiempos sin móvil, sin wifi… sin Wasap, ni otros entretenimientos mas sofisticados que hoy hacen de una reunión de amigos una exhibición de aislados tertulianos de cada uno vete a saber en que tema y en que mundo silencioso se deja sus comentarios y sus dones…¡es el progreso!.

Saludos

Muy bueno, asi se escribe.

Muchas gracias
No se si todas las bodas eran así, pero así recuerdo al menos yo las que fui invitado de convite y especialmente en alguna ocasión en que fui “por todo el día”.

Una especialmente de un familiar muy cercano que recuerdo , no fue cualquier cosa, desde sacrificar la cabra, hasta llenar la casa ,incluido el ancho pasillo con las mesas camillas y sillas prestadas de todo el vecindario ,que al día siguiente o nada mas terminar su cometido, había que devolver a cada uno las suyas. A veces había errores en la devolución , como en toda obra tan humana .Entonces había que deshacer el entuerto e investigar quien se llevó la que no le correspondía.

Ahora que la gente llega al lugar del banquete, se sienta y solo se preocupa de comer cómodamente los platos que los camareros van sirviendo y de pedir a los novios un beso ;sería bueno reflexionar lo que sus abuelos o padres tuvieron que sufrir en la celebración de ese compromiso, tan bendecido por Dios como originario y causante de la propia historia humana mas remota .

Eso si ,la comodidad se paga y luego viene la factura del progreso, que con sacrificio hay que abonar y a veces mas allá de las posibilidades en casos particulares y que no es un buen comienzo económico precisamente para una pareja que no disponga del peculio suficiente.
Mi consejo es que si ambos están sin posibles económicos , sin trabajo y sin posibilidades de encontrarlo por las razones que obviamente sabemos; pero legítamente están deseosos de casarse y dar una cierta celebración a su boda …no sería mala idea volver a poner la vista en el ejemplo sabio de nuestros antecesores. Al fin y al cabo una cabra o una oveja no vale tanto.

Un saludo