Cibernautas Es una lástima que en nuestro pueblo no se fomente entre los mayores el acceso a navegar por internet, ya que es una forma muy divertida de entretenerse cuando se tiene tiempo libre. De eso entienden mucho más los pequeños, que aprenden sin que nadie los enseñe, todo, porque no le tienen miedo a entrar en este mundo que parece desconocido pero con el que familiarizas rapidamente. Esto tiene sus peligros. Fijaros la noticia que publica hoy el digital Hoy de lo que puede pasar en la red, concretamente en Almendralejo donde han detenido al dueño de un cíber cuando la policía municipal pasó por el establecimiento y descubrió a través de las cristaleras que dos menores veían porno en un monitor. Los agentes comprobaron que el encargado podía ver también a los menores viendo lo que no debían y procedieron a su detención. El encargado del cíber, que tiene 21 años, debe de estar algo sorprendido por el motivo de su detención: ver que otros ven y permitir que sigan viendo. También le sorprenderá ser detenido porque unos menores hagan lo mismo que hacen en sus casas e incluso en clase: ver porno. La diferencia es que en esos lugares se las ingenian para que ni sus padres ni los profesores los descubran, mientras que en el cíber se relajaron y miraron sin disimular y sin imaginar que la policía local de Almendralejo es el ojo que todo lo ve. En los institutos, los informáticos ponen todo tipo de filtros para que los alumnos no puedan acceder a las redes sociales ni a las páginas prohibidas (chats, sexo, apuestas), pero da lo mismo, no sé cómo se las ingenian algunos chavales para encontrar programas que sorteen esos filtros. Los ordenadores en el aula han trastocado la máxima fundamental de la pedagogía: el maestro es quien sabe y enseña. Con la informática es al revés: el alumno le da mil vueltas al maestro y acaba enseñándole y dándole consejos. En cuanto al ordenador de casa, ya ni les cuento. No hay filtro que resista los atajos de un menor para acceder a las páginas que le apetecen. Ni el profesor ni el padre se enteran de las añagazas pornógrafas de los menores. El encargado del cíber sí las veía y ha acabado en comisaría por consentir a sabiendas lo que otros consienten sin saber |