La Codosera - Badajoz

ADIOS A UN HIJO DEL PUEBLO Y AMIGO

Esta fotografía debe de estar tomada en los años cincuenta, a finales de la década, cuando la carretera era de tierra, y más que camino vecinal, como se le denominaba entonces, sería un camino de cabras, tal como diríamos ahora. Pero es lo que había.

Son muchachos del pueblo, de los de entonces, vestidos con pantalón corto, porque aún no eran hombres ni tampoco fumaban. Es la generación de hijos del pueblo que emigraron. Emilio, Pepe, Pedrín, Domingo, Pedro, Juan y Cayín, todos los que aquí aparecen retratados, un día tuvieron que dejar el pueblo. Algunos lo hicieron con toda su familia y otros solo marcharon ello, quedando aquí a sus padres, hermanos y parientes.

El segundo por la derecha es Pedro. Un muchacho menudito, el tercero de tres hermanos é hijo de uno de los barberos del pueblo, de cuando las dos barberías eran los lugares más concurridos y a donde iban los hombres para afeitarse casi todos los días, y algunos pagaban por igualas semanales, por meses é incluso otros lo hacían una vez al año, cuando cogían la cosecha.

Tiempos difíciles para sacar un jornal y alimentar tantas bocas. Desde pequeño Pedro se dio cuenta que había que hacer algo extraordinario todos los días y comenzó apuntándose a monaguillo. Ser monaguillo en aquellos años era una tarea muy importante. Eran los tiempos en los cuales ir a Misa era más que una obligación. Cuando se comenzó a repartir por primera vez la ayuda que nos llegaba de terceros países, como mantequilla, lecha y ropa y cuando la iglesia alcanzaba sus cuotas de popularidad más altas. Pedro era tan pequeño que, cuando subido en el púlpito rezaba el rosario, su cabeza apenas sobresalía por la barandilla.

Tendría diez años cuando sintió la llamada del sacerdocio. El Seminario sería un lugar donde desarrollarse intelectual y deportivamente Esta última afición la mantendría muchos años, hasta que una lesión le llevó al hospital.

Pasado un tiempo, cuando se hizo mayor, entendió que su rumbo no era este y abandona el seminario. Con estudios suficientes se hace ATS e ingresa como profesor en la recién constituida Escuela de Enfermería de Badajoz.

La lesión de su rodilla le impide jugar al fútbol, su gran pasión, pero no por ello abandona el deporte. Se hace comentarista deportivo, en aquella emisora Sindical, de la mano de Manolo Pérez, y comienza a tener una relación muy fluida con su pueblo, a donde se desplaza para retransmitir los partidos de entonces.

Sus padres por entonces no viven y sus hermanos Catalina y Juan se han marchado a vivir a Guadiana del Caudillo. Aquí solo quedan parte de sus amigos, pero hace otros nuevos y su relación con el pueblo es constante.

Casado, con una compañera de profesión y padre de tres hijos varones, poco tiempo libre le quedaba. Trabajar y trabajar y en sus tertulias hablar de su pueblo é interesarse por todo lo que aquí pasaba.

Este último sábado nos ha dejado. 61 un años tenía. Se ha marchado para siempre. Un hijo del pueblo más, como otro de los tantos, que una vez se marcharon para reposar para siempre bajo otro cielo, y en otra tierra distinta de aquella que le vio nacer.

Descanse en paz

Pepe Olmo.

Tambien quiero dar mis condolencias a su familia , yo , por diversos motivos tuve algun contacto con Pedro y hecharé de menos su simpatia y su entrega por la gente del pueblo ( muchos paisanos seguro que daran fé ) . Un saludo

Mi mas sincero pesame para la familia y me parece una persona joven para irse por desgracia,

Pepe te preguntaron por la buena foto entrañable de los chicos en el carro que tambien es bastante antigua, quienes son los que están encima del carro.

Un fuerte abrazo.

Estuve el domingo en el entierro de Pedro,la iglesia estaba llena de sus amigos de Badajoz , algunos de La Codosera . Me ha impresionado el comentario de bajo el puente, y la foto de esos niños que tantos
recuerdos me traen.

Yo recuerdo cuando Pedro (q.e.p.d.), después de misa, repartía casa por casa "El Buen Amigo". Tengo la suerte de conservar todavía algunos de aquellos ejemplares que, domingo a domingo, nos instruían sobre algunas cosas que, hoy día, nos harían reir. ¡Qué entrañable era ver a Pedro por la calle, con otros monaguillos, repartiéndolo de casa en casa!. También recuerdo las tertulias que se montaban en la barbería de su padre al que en mi casa, con todo el respeto del mundo, llamábamos "El Señor José el de pelar". Bueno, otro que, por desgracia, se ha ido. Buen viaje y que, tal y como te deseo, llegues a un buen destino.

Adiós amigo Pedro,recuerdo con cariño aquel partido de fútbol que jugamos en el Seminario, cuando tu estudiabas allí ,que jugaste un tiempo con cada equipo.

Gracias amigo Pepe por la información que nos facilitas aquí en el foro,aunque participo poco leo todo.

A Catalina y a Juan mi sentido pésame.

Salu2 desde akí

H_ormigo