Hornachos - Badajoz

Benito y su mujer estaban de pie en medio de la estancia.
Ella lloraba y no dejaba de hacer advertencias a su hijo el más pequeño, que se iba a trabajar a Alemania.

Manuel había cumplido los veinte años y sus dos hermanos mayores hacia algún tiempo que se habian ido. Como en el pueblo no habia trabajo, él decidió seguir los pasos de ellos.

Llevaba una maleta de madera, atada con una cuerda, una chaqueta, un tanto estrecha y mangas algo corta. Era la que usaba los domingos.

Manuel no hablaba, pero por su mirada se advertía que iba con miedo hacia un mundo para él desconocido.

Cruzó la puerta, pues el viejo autobus no tardaria en llegar al pilar de Ribera.

Debia darse prisa para no perderlo, porque de lo contrario, no llegaria con tiempo para coger el tren que le llevaria a Alemania.

Benito y su mujer se fundieron en un abrazo, a medida que sus mejillas se humedecian por el llanto.

Benito tenia un pequeño rebaño de ovejas. Cada mañana se levantaba muy temprano para llevarlas a pastar.

Al lleger a la finca se sentó bajo una frondosa y vieja higuera. Las ovejas pacian tranquilas cerca de donde él se encontraba.

El murmullo del agua, al caer en la alberca, y el canto de los pajaros, hicieron que Benito sintiera una gran quietud y empezó a darle rienda suelta a su imaginación.

Entre dormido y despierto, decia; "La pena me ahoga, que te quedas sola, tierra querida. Los jóvenes se van para vivir y los padres nos quedamos viejos y solo con la unica esperanza de que algún dia puedan regresar". ¿Qué va a ser de ti tierra mia?.

Sé que pesan muchos años sobre mi y quizás no vea realizada mi ilusión; pero moriré construyendo esperanza en el solar de mis mayores.

Pasó el tiempo y Benito murio.
Pero algunos años despues, para asombro de todos, en su tumba apareció una mañana una rosa fresca, llena de rocio y escrito en sus pétalos podia leerse esto:

No te llore el alma
que han vuelto tus hijos,
y honran tu casa.
Ríen las encinas,
prados y cañadas,
y se oye el jilgero
al raya el alba.

Descansa tranquilo
que tu tierra vive,
que tu tierra sueña
que tu tierra canta UN HORNACHEGO FUERA DE SU TIERRA.

Muy bonito, mi padre tambien fue pastor. Gracias.

muy triste y bonita la historia,una hornachega que ama a su tierra

Acabo de descubrir este foro, ahora que me encuentro fuera de mi hornachos, me dan alegria las palabras que se dejan compartir en este foro. algun dia me atrevere a dejaros algunos de mis escitos que ni mucho menos pueden llegar a ser tan bonitos como los que has reflejado en estos lares. un saludo de alguien que vivio la profesor de pastor enamorado de lo que hacia