JOTA DEL EMIGRANTE EXTREMEÑO Tu que esperaste la espiga, como espera la hoja al viento, tu que le diste tu aliento y el oro de tus fatigas, que gritaste ¡tierra amiga! dame el pan de tus terrones, que mordiste los pezones de los pechos de la tierra que sucia ciudad te encierra bajo su caparazón. Que tu cuerpo, no se doble para besar el asfalto, que no hay corazón más alto, ni más puro, ni más noble. Escucha esa voz de roble que hace mella en tu costado no es una voz del pasado es esa voz de tus sueños que grita al mundo ¡extremeño! ¡La espiga ha resucitado!. BOLINDRE  |