Granja de Torrehermosa - Badajoz

HISTORIA DE LA TRICOLOR: UNA BANDERA DEL PUEBLO

Por Margarita Márquez Padorno

La historia de la bandera tricolor responde a un sentimiento esencialmente popular.

Heredada a través de una decisión fugaz en el trienio liberal sobre el espíritu comunero castellano, la voluntad del pueblo fue la encargada de llevarla a los mástiles oficiales de la II República en un arranque improvisado de diferenciar al nuevo régimen que comenzaba tras las votaciones del 12 de abril en sus símbolos más necesarios.

La unión del rojo, el amarillo y el morado en tres franjas de igual tamaño se hace oficial en el decreto de 27 de abril de 1931 y es refrendada con la elevación a artículo en la Constitución Republicana de 9 de diciembre de ese mismo año. En dicho decreto se aclara la inclusión del color castellano a los tradicionales catalano-aragoneses: "Hoy se pliega la bandera adoptada como nacional a mediados del siglo XIX. De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España".

Para averiguar los orígenes de esta nueva enseña, hemos de remontarnos a 1820. En ese año el General Riego tras "reproclamar" la constitución de Cádiz en Cabezas de San Juan provoca durante un breve lapso de tiempo - apenas tres años- la apertura liberal del gobierno de Fernando VII. Durante este periodo se funda la Milicia Nacional a la que se le asignan banderas moradas con el escudo de Castilla y León. Poco duró dicha divisa pues ese mismo año es sustituida por otra rojigualda con el lema Constitución en su franja central.

Escrito por Paco Arenas / UCR   
Viernes, 14 de Febrero de 2014 05:37

Todos tenemos sueños que cumplir, no  esos  sueños de una noche, sino sueños de una vida. Sueños colectivos de libertad y esperanza, esos  sueños son los importantes, los sueños carentes de egoísmo personal, los sueños de la conciencia, del amor y por qué no decirlo del patriotismo, no del patriotismo de trapo y banderas al viento, sino el patriotismo de las personas, del pueblo que trabaja y lucha por un futuro mejor pensando en las generaciones que vendrán, de la generosidad hacía nuestros semejantes, a los que jamás se deben traicionar. 

J. J. López Ferrer (Cubelles)

La España dogmática, agria, rancia, gris y casposa; de genuflexión fácil, de cilicio, cruces, besamanos, marquesados y pernadas, intolerante con el de fuera y rencorosa con el de dentro, ruda, chillona e ignorante, amante de sus necedades y ciega de valores, austera con el pobre y complaciente con el rico... La España que se ríe del extranjero del norte y del moro del sur. Esa España se revuelve con atroces coletazos y déspotas mentiras. La España proxeneta de sus diferencias, atónita de sus verdades, casta y pura a golpe de rezo con arrepentimientos amorfos, burda, rota, anémica y ronca... Esa España levanta su sable y taconea sus excesos entre el rechinar de sus colmillos mirando de reojo varias partes del redil que no se siente hispano. La España que se olvida de Baroja, Machado, Gasset, Lorca, Aleixandre, Inclán y Orwell, exaltada por sus letras, sometida por sus recelos, cándida con sus normas, olvidadiza con sus muertos... Esa es la España de mis temores, de mis sospechas.
La otra España que está en pie, variada de gentes, babel de culturas, palpitante de esperanzas, que perdona sus errores y se levanta en sus caídas, gentil y acogedora, dulce con el extraño y crítica con el desamor. Una España que comprende, que tolera, que nunca niega el pan; la España del debate, inspiradora de nobleza sin pedigrí, afable y cálida, humana, sureña y norteña, atlántica y mediterránea, emigrante e inmigrante; La España mezclada, simbiótica, caleidoscopio de gentes; la España del hola, del adéu, del adiós, del agur, del adeus, del hasta pronto, del nos vemos... Esa España impregnada de sentido, que sueña, siempre recelosa de quien manda, que llora y recuerda a sus muertos anónimos y aprende de su historia, que interpreta su teatro sin guion, que vive, que respira y deja respirar; esa es la España con la que quiero caminar.

La España dogmática, agria, rancia, gris y casposa; de genuflexión fácil, de cilicio, cruces, besamanos, marquesados y pernadas, intolerante con el de fuera y rencorosa con el de dentro, ruda, chillona e ignorante, amante de sus necedades y ciega de valores, austera con el pobre y complaciente con el rico...


La España que se ríe del extranjero del norte y del moro del sur. Esa España se revuelve con atroces coletazos y déspotas mentiras.


La España proxeneta de sus diferencias, atónita de sus verdades, casta y pura a golpe de rezo con arrepentimientos amorfos, burda, rota, anémica y ronca...


Esa España levanta su sable y taconea sus excesos entre el rechinar de sus colmillos mirando de reojo varias partes del redil que no se siente hispano.


La España que se olvida de Baroja, Machado, Gasset, Lorca, Aleixandre, Inclán y Orwell, exaltada por sus letras, sometida por sus recelos, cándida con sus normas, olvidadiza con sus muertos... Esa es la España de mis temores, de mis sospechas.

La otra España que está en pie, variada de gentes, babel de culturas, palpitante de esperanzas, que perdona sus errores y se levanta en sus caídas, gentil y acogedora, dulce con el extraño y crítica con el desamor.


Una España que comprende, que tolera, que nunca niega el pan; la España del debate, inspiradora de nobleza sin pedigrí, afable y cálida, humana, sureña y norteña, atlántica y mediterránea, emigrante e inmigrante;

La España mezclada, simbiótica, caleidoscopio de gentes; la España del hola, del adéu, del adiós, del agur, del adeus, del hasta pronto, del nos vemos...


Esa España impregnada de sentido, que sueña, siempre recelosa de quien manda, que llora y recuerda a sus muertos anónimos y aprende de su historia, que interpreta su teatro sin guion, que vive, que respira y deja respirar; esa es la España con la que quiero caminar.

El Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha acusado al Vaticano de no haber reconocido nunca "la amplitud de los delitos" de abuso sexual contra niños perpetrados por sacerdotes de la Iglesia católica.


También de no haber tomado nunca las medidas necesarias para proteger a los menores de los pederastas.

En su informe, la ONU cifra oficialmente en decenas de miles los niños de todo el mundo víctimas de este delito, y subraya que el Vaticano no ha rectificado nunca las prácticas que han llevado a estos abusos y a la impunidad de sus autores.

Denuncia los traslados de curas pederastas para evitar investigaciones judiciales, y que esa movilidad les ha permitido seguir en contacto con niños y abusando de ellos.

Afirma también que "en muchos casos, las autoridades de la Iglesia, incluso en la más alta jerarquía del Vaticano, han rechazado cooperar con las autoridades judiciales y comisiones de investigación".

Tampoco el papa Francisco ha tomado aún ninguna decisión de colaborar con la justicia.

Las víctimas, la sociedad en general, necesitan ver a los curas pederastas ante la justicia.


En muchos casos los propios agredidos arrastran durante años un grave sentimiento de culpa mientras los agresores, sacerdotes que usan su autoridad moral para cometer los delitos, son protegidos por las estructuras de la Iglesia.

Y por encima de todo hay que evitar que sigan delinquiendo, ya que hoy se siguen cometiendo y ocultando.

El Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha acusado al Vaticano de no haber reconocido nunca "la amplitud de los delitos" de abuso sexual contra niños perpetrados por sacerdotes de la Iglesia católica.


También de no haber tomado nunca las medidas necesarias para proteger a los menores de los pederastas.


En su informe, la ONU cifra oficialmente en decenas de miles los niños de todo el mundo víctimas de este delito, y subraya que el Vaticano no ha rectificado nunca las prácticas que han llevado a estos abusos y a la impunidad de sus autores.

Denuncia los traslados de curas pederastas para evitar investigaciones judiciales, y que esa movilidad les ha permitido seguir en contacto con niños y abusando de ellos.

Afirma también que "en muchos casos, las autoridades de la Iglesia, incluso en la más alta jerarquía del Vaticano, han rechazado cooperar con las autoridades judiciales y comisiones de investigación".

Tampoco el papa Francisco ha tomado aún ninguna decisión de colaborar con la justicia.

Las víctimas, la sociedad en general, necesitan ver a los curas pederastas ante la justicia.


En muchos casos los propios agredidos arrastran durante años un grave sentimiento de culpa mientras los agresores, sacerdotes que usan su autoridad moral para cometer los delitos, son protegidos por las estructuras de la Iglesia.


Y por encima de todo hay que evitar que sigan delinquiendo, ya que hoy se siguen cometiendo y ocultando.

Es la tricolor bandera
propia del pueblo español,
pero del pueblo de primera
no de ese otro tan ladrón

Refugiado en sus covachuelas
está la banda de Alí Babá
chupando cual sanguijuelas
la sangre al pueblo robá

Insignia del pueblo español
es la bandera tricolor
aunque no falta un guiñol
que en ella eche su hedor.

Pues que berreen los guiñoles
y los arlequines de feria
que esta bandera será
del pueblo español la enseña

El 14 de abril de 1931, las calles de las principales ciudades de España se veían inundadas por un tremolar de banderas tricolores que celebraban la proclamación de la Segunda República, y trece días más tarde el Gobierno Provisional promulgaba un decreto que determinaba en su artículo 1º la adopción como bandera nacional de la formada 'por tres bandas horizontales de igual ancho, siendo la roja la superior, amarilla la central y morada oscura la inferior', una disposición ratificada posteriormente por la nueva Constitución.

Incluso los generales rebeldes dirigidos por Mola que se sublevaron contra el pueblo español y consiguió vencerlo previo primero y asesinarlo después, lo hizo enarbolando la tricolor

Los golpistas, en el 1939, se alzaron victoriosos imponiendo una dictadura criminal de 40 años de represión, fanatismo y atraso para España. 

Se ponía fin a la II República y por consiguiente a la bandera del pueblo español,.

Pero sigue siendo todavía
la del pueblo honrado español
aunque siempre hay un traidor
vendido a kacike patrón.


Que es el caso que tenemos aki

Es este ser infernal
que es de akí natural
según confiesa el animal,
la Cosa mas zarrapastrosa
que se ha visto en el lugar

Efeméride a la vista
este doce que se acerca
que se nombró la tricolor
insignia del pueblo español.

La historia de la bandera tricolor responde a un sentimiento esencialmente popular. Heredada a través de una decisión fugaz en el trienio liberal sobre el espíritu comunero castellano, la voluntad del pueblo fue la encargada de llevarla a los mástiles oficiales de la II República en un arranque improvisado de diferenciar al nuevo régimen que comenzaba tras las votaciones del 12 de abril en sus símbolos más necesarios.

Todos tenemos sueños que cumplir, no esos sueños de una noche, sino sueños de una vida.
Sueños colectivos de libertad y esperanza, esos sueños son los importantes, los sueños carentes de egoísmo personal, los sueños de la conciencia, del amor y por qué no decirlo del patriotismo, no del patriotismo de trapo y banderas al viento, sino el patriotismo de las personas, del pueblo que trabaja y lucha por un futuro mejor pensando en las generaciones que vendrán, de la generosidad hacía nuestros semejantes, a los que jamás se deben traicionar

Le gusta a ustedla tricolor señor cabrero?

No,de esos seguro que no
porque esos no tienen banderas
sino un impulso instintivo
para robar a todo Dios.

Si la gente rajoliana
tuvieran algo de cerebro
seguro que se arrodillaban
a besar la bandera del pueblo.

Pero es que son ceporrines,
ignorantes y malandrines
versados en todod los ardides,
por eso los muy bellacos
se muestran tan desagrecidos

Ceporrines malandrines
desde el inicio de los tiempos
pero chuparon como moscas
la sangre a nuestros ancestro
y ahora van a por nosotros
hasta que desangrados nos dejen muertos

Un ceporrin tan maligno
nunca será un ser digno
ni siquiera para rozar
con sus dedos de animal
la enseña nacional
del pueblo trabajador

Demasiada bandera para los que se lian a tiros con el diferente

¿Ponga una tricolor en su vida, será más feliz.

Y un buen pito

Y fuera zánganos