Granja de Torrehermosa - Badajoz

03-05-13 10:21#11271456
Salustiano Borrascas


Nazionalcatolicismo:

Por si nos sabe a poco nuestro facha habitual siguiendo al píe de la la letra el manual de propaganda creado por la iglesia católica de roma para adoctrinar a los “inditos” de América y, perfeccionado después por rusos y alemanes en el primer cuarto hasta casi mediado el siglo XX y, ahora por el PPodrido para hacerse con el poder y mantenerse en el caiga quien caiga; resulta que una televisión autónoma pública, que aunque a trancas y barrancas aún sale cada día al aire con dineros públicos, siguiendo la estela de otros medios como los dependientes de la CE y de la CEOE, por ejemplo, se nos descuelga acusando a todos los demás y sobre todo a vascos y catalanes, de nazismo.

Se cierra el ciclo perfecto aconsejado en el manual que se atribuye a Goeebels: Acusa a los demás de lo que tu eres o de los daños o barrabasadas que tu cometas. Niega todos los males que se te atribuyan y culpa a los “otros” de ellos. Y así sucesivamente en todo. Y sobre todo, la repetición, imperturbable, venga o no a cuento, repetición y repetición. Fijaos en nuestro ejemplo local.....

Pero mire usted lo que son las cosas, a gran escala ya, lo mismo, se está haciendo en lo que antiguamente era la mejor televisión de España porque no había otra y en el programa Informe Semanal pasado, rizaron el rizo del cinismo informativo al servicio del Régimen en su Segundo Año Triunfal. Ada Colau, la lideresa del movimiento antidesáhucios lo resumió con una sola palabra: asco.

Y si señores si, el nazionalcatolicismo ha ocupado todos sus objetivos militares y políticos y por lo tanto , se ha hecho de nuevo cargo de la dirección de todos los medio de propaganda y desinformación e intoxicación de masas hablados y escritos, al objeto de crear un estado de opinión que se perpetúe en el tiempo y le permita seguir ejerciendo per saecula saeculorum por siempre jamás. Eso, aparte de permitirle transmitir a la opinión pública sus más vergonzantes medidas de gobierno con la premeditación y la alevosía con la que le ha hecho llegar la noticia de que no iban a dar ni un duro para las personas con sus capacidades psíquicas o físicas tan reducidas, que dependen de los demás.

Por supuesto, que es necesario emplear siempre un lenguaje retorcido al máximo y, donde hay que decir, por ejemplo, que te vamos a bajar los salarios o la pensión o que vamos a traspasar de golpe toda la red sanitaria española a empresas creadas por gente nuestra de los nuestros y con nuestros asesores, te hablaran de reajuste de precios y salarios en aras de una mayor competitividad y para permitir que el sistema preste un mejor servicio a la ciudadanía y que, el hecho de que tenga que pagar un tanto por ciento por recibir las prestaciones de un servicio muy mejorado es debido precisamente a eso, a la elevación de su calidad. De donde resulta, que ahora tienes que pagar por lo que antes el Estado Social bien organizado, te daba. No gratis, porque lo pagábamos entre todos precisamente para que si te tocaba la china, no tuvieses que pagar en ese momento y que ahora, seguimos pagando entre todos, pero con la diferencia de que si tienes que pagar si te toca la china.
Negocio redondo por partida doble. De nuevo la “caridad cristiana y el como Dios manda” y, por supuesto:
Nazismo puro y duro.

Todo esto, adobado con una impunidad tan manifiesta como repulsiva, lo que les permite salir públicamente a la palestra y tomarnos el pelo a todos los españoles seamos simpatizantes suyos o, como yo mismo, alguien que no los traga ni en pintura. Entre otras razones, porque soy de un pueblo que, al término de aquella guerra incivil que provocaron fuerzas políticas y económicas similares a las que ahora tildan con el despreciable epíteto de nazis, a las personas que todavía tienen ánimos y agallas para protestar, había perdido trescientos y pico de habitantes entre los que aún no han podido ser encontrados por estar en ignoradas fosas comunes o porque, algunos, fueron exterminados en aquellos “campos de producción” europeos o, el del Escorial. Ése enorme monumento a la insensatez.
Salud