CUENTACUENTOS Vivía y espero que siga viviendo muchos años más, por la parte del Besós, casi pegando a Badalona, por donde ahora reina La Dientes y su homónimo el confeso y ya imputado por xenófobia y racismo, Albiol, que es alcalde él. O eso es lo que tengo entendido, pero es el caso, que dónde vive o vivía el interfecto al que me refiero, la verdad, importa un comino pues, donde quiero llegar es a Extremadura y, concretamente, al egocentrismo elevado a la máxima potencia que, dicho sea de paso, no sé que leches significa pero, que queda de güevos dicho así como a vuela pluma, de un ser o compendio de seres. Una especie de diez mil en uno aproximadamente y sin ánimo de señalar pero, con más caras y cruces que un saco de centimillos de euros. Estábamos tomando unos pelotazos en la terraza de un chiringuito de la comarca del Maresme, a la orilla de la mar Mediterránea. El caso es que sabía algo de mi vida, andanzas y hechos sin ni un solo milagro y menos todavía, virtudes, y, sería por eso por eso o porque tenía ganas de exhibir sus saberes; que me espetó en pleno plexo solar el siguiente puñetazo: "yo siempre digo a mis alumnos de la universidad.............., ¡toma ya!, díjeme yo entre mi mismo mientras él,erre que erre, siguió alargando su perorata adornada con alguna que otra intranscendente "cirigoncia"*, contándonos sus muy poco y menos o instructivas bélicas hazañas. No es que el hombre se dedique o haya dedicado nunca al asunto ese de educar a hombres y mujeres para que fueran seres de provecho con o sin pelos en el pecho desbrozando a la par un poco sus cerriles seseras, no, es que era así de creído bobalicon y, aprovechando que el chulo de Badalona es el mejor y la ciencia lo dijo, me soltó a mi y los bebedófilos medio ebrios allí arrejuntaos, el ya dicho exabrupto. Viene esto a cuento, porque, me han señalado y he leído aquí en este forete de esta comunidad sito en esta hermosa granja según dicen, que alguien igual o similar al arriba dicho, aparte de otras baladronadas mediante las que desafía a duelo en singular batallita a todo can viviente, dice de él mismo que es un truhan y un señor y además y para más inri, profesor de no sé qué y que, sus alumnos no sólo son más listos, más altos y más guapos que los demás sino que, bien adiestrados como están por la eminencia en cuestión, saben más y mejor que el común de los mortales, en cómo jilvaná unos versos o desguazar un campo sembrao papas, y claro, eso si son muchos saberes, máxime, visto y observado ya el percal y teniendo en cuenta que, si la actividad es continuada en el tiempo y el espacio, sus honorarios irán a parar directamente a la caja Be. Lo que nunca viene mal para completar una pensión que, dicho sea sin ánimo de joé al estilo Bárcena, siempre es miserable. |