Burguillos del Cerro - Badajoz

Yo nací en Badajoz (la tierra de Dios), nací en la capital, supongo yo que por ser el primer hijo nieto y bisnieto tanto de la familia materna como de la paterna. Me llevan a mi querida Feria ( mi pueblo) dos días después de que mis ojos vieran la luz por primera vez.

En Feria, en aquellos tiempos de juegos infantiles, tiempo de sueños sin sobresaltos, de ausencia de problemas del que gozamos en nuestra mas tierna infancia, aquí es donde paso mis primeros años, los felices los que nunca se olvidan, los que se recuerdan cuando llegamos a nuestra segunda niñez. Por sus calles empinadas y empedradas por aquel entonces, nos entreteníamos jugando a “la bilarda”, “ el herrero”, “los bolindres”, “el marro”, “entera o media”, al “látigo”, etc., y los partidos de fútbol en la “corredera” que había que tener mucho cuidado con la pelota, porque si entraba en Casa de Rafael ( un bar), se quedaba con ella. Cuando volvía a casa al cruzar la Plaza y el Grifo (abastecimiento de agua de los coritos) se mostraba majestuoso, enorme, colosal el Castillo con su torre del Homenaje, (mandado a construir por Lorenzo Fernández de Figueroa a mediados del siglo XV), a continuación narro vivencias que nunca olvidaré.

¿ Chacho has subido a las almenas me comentaba mi amigo Celipe? (esto suponía que los demás te respetaran ) ¡Yo no y tú¡, fui con Jesús y tenemos que volver para coger palomos hemos visto dos nidos con palominos ¡que me dijo, mi pasión buscar nidos y criar palomas¡, yo quiero ir también le dije, pero tiene que ser por la noche cuando los “zuritos” estén dormidos, cuando sea le contesté, tenemos que pasar la piedra peligrosa, trae una linterna.

Las bóvedas del Castillo antes de que llegaran las subvenciones de Información y Turismos, estaban derruidas completamente, se acedía a las almenas a través de unas escaleras también en mal estado, al llegar a los rellanos de los diferentes pisos, para volver a coger el tramo de escalera que te mandaba al piso superior , tenias que pasar por los trozos de bóvedas que aun se mantenían y que no tenían mas de 30cms de ancho y algunos mas estrechos, a uno de los tramos le llamábamos la piedra peligrosa, por la dificultad que tenía en atravesarla. Sorteados los problemas y con mas miedo que vergüenza nos encarábamos en el último tramo y por fin llegamos a la cima de la torre; que vista tan impresionante, aun recuerdo las palabras de Jesús, mira cuantos pueblos se ven, ciertamente era un delirio, la Tierra de Barros y el Campo de Zafra estaban a nuestros pies, empezamos a contar los pueblos que se distinguían, La Parra, La Morera, Los Santos, Villalba, Almendraléjos, La Fuente del Maestre, La Puebla y muchos más que ya no nos acordamos de sus nombres.

Os invito a subir (ahora no hay peligro alguno) porque es una verdadera gozada.


Un abrazo “El Corito”