LA NIÑA QUE FUI Cuando era niña me gustaba pasar mucho tiempo con mi abuelo, en realidad no me gustaba , lo que ocurria es que el hombre debido a su edad apenas veia y mi madre me otorgó el bonito encargo de cuidar de él mientras pasaba las "tardes- noches"al fresco de la sombra, quizás era él, quien cuidaba de mi, no sé, la cuestión es que pasabamos mucho tiempo juntos y como todas las personas teniamos nuestras discrepancias que en numerosas ocasiones acababan frente a mi madre, haciendo mi abuelo de "acusica" y "chivatillo" sin ningun tipo de pudor ni recato, cosa que a mi me causaba asombro pues aquella actitud se la atribuia a niños, y por lo general a niños mas pequeños que yo, un dia despues de cenar y teniendo como postre unas hermosas uvas me dedique a echarle cerca los pellejillos, pues siempre fui muy señoritinga,el motivo de tan execrable acción, no era otro que habiendo pedido yo a mi abuelo un pequeño detalle en forma de monedas el muy tacaño me habia mandado que se lo pidiera a mi madre, pues el tenia muy poca, muy poca voluntad. Como quiera que hacia calor las moscas acudián por cientos y se cebaban con mi abuelo Victor, Vitor deciamos todos, aunque el remarcaba en cualquier ocasión que su nombre era con "c" , al cabo de un rato aquello era insoportable y hasta yo, que le guardaba rencor empecé a sentir cierta misericordia, la cual se me pasó enseguida porque empezó a llamar a mi madre como un poseso, y "poseso" ví claro que aquello acabaria mal, mi madre acudió a la llamada de aquel anciano gritón, total porque cientos de moscas no le dejaban en paz, y mi corazonada se cumplió cuando mi madre vió los restos de uva y el festin que se estaban dando las moscas(con mi abuelo). Es increible como con un leve movimiento de su mano izquierda consiguio espantar todas las moscas incluida yo, que me metí en casa con un repentino quemazón en la nuca, producto de la mano de espantar moscas, la mano izquierda de mi madre. No es porque yo lo diga pero aún se me dá bien cantar, por entonces era un primor cantando las canciones de "joselito" y de "marisol" y ahora las de Merche las dejo mejor que "dignas", pero hecho de menos aquel público incondicional que era mi abuelo, al que dedique no pocos conciertos en vivo y en directo, por entonces yo era la unica cosa que alegraba la triste vida de mi abuelo pues era oirme cantar y su corazón se alegraba pero el mio era duro como el pedernal y hasta que no conseguia arrancarle alguna monedilla, la que no se arrancaba era yo, menciono ahora un detalle que es primordial para el entendimiento de los acontecimientos que acontinuación paso a relatarles y no es otro que el hecho de que mi abuelo era aficionado a un liquido elemento y que era de color rojo, rojo tinto, como el vino, vino tinto, que si, era un catador de vinos excelente, pero a veces le fallaban las matematicas y lo que en un principio iban a ser dos vinos se multiplicaban y luego conseguian dividir las facultades de mi abuelo, no siendo una ni dos las veces que alguna "amable" vecina habia puesto en conocimiento de mi madre el empeño de mi abuelo en demostrar que el gracias a Dios, tenia dinero para pagar sus "debilidades" y que no debia nada a nadie y que podia caminar con la cabeza muy alta, pero con paso dudosamente titubeante, por los efectos del rojo elemento, el caso es que mi abuelo habia criado una mas que acusada fobia a la palabra "borracho" y habia que tener las "cosas" muy bien puestas para siquiera introducir la palabra en una frase, aunque fuera de una forma accidental, pues se podia producir un "accidente" como de hecho se produjo. La cuestión es que aquel dia mi admirado público me pedia una y otra vez un bis de ésta o de aquella canción, y como que quiera que yo ví que mi abuelo se lo estaba pasando muy bien, puesto que acompañaba mis trinos con unos acordes de guitarra arrancados a la garrota recia y fuerte que siempre le acompañaba, decidí ejercer de manager y pedir mis justos emolumentos, y ahí empezó un tira y afloja que acabo con un "tira". Yo le hice ver a mi abuelo mis justas reivindicaciones, pero el nada, peor que todas las patronales juntas, no cedió ni un ápice, y yo empecé a enfadarme y como por entonces estaban de moda algunas canciones que hoy no serian politicamente correctas, pero que entonces no paraban de decir "chevecha" y "bodacho" una y otra vez, pues yo hicé un potpurrí de ellas, y mi abuelo fue transformando su bonita guitarra en un magnifico bumerang, mientras yo cantaba y me alejaba como la que no quiere la cosa y me puse detrás de la parra del patio, que daba magnificas uvas como ya mencioné antes, y ademas paraba los golpes que era un primor, porque mi abuelo al oir tanto mis dedicatorias se volvió hacia donde yo estaba y lanzó la garrota, por ver si mis bellas canciones paraban, asestando un estacazo a la parra, y haciendola arrojar algunas hojas e incluso uvas, el caso es que yo me fuí de puntillas a hacer mis deberes, esperando que mi abuelo se calmara y no ejerciera de "acusica". Me equivoqué. |