Berlanga - Badajoz

Flores marchitas

¡Oh! flores hermosas, las del Deseo ¡purpúreas, enormes, y de perfume embriagador! El viajero anheloso se apura, sube, se trepa sin sentir el cansancio hasta la cima, de donde parecen inclinarse hacia él, iluminando el horizonte. Extiende la mano, toma de ellas un ramillete...
...El ramillete ya está ajado; sus colores han palidecido, sus pétalos se cierran, su perfume se evapora; ya no es la flor atrayente del Deseo; es la flor severa de la Realidad. Las conserva el viajero; y mucho tiempo después, las volverá a ver, incoloras, con su perfume tenue y deliciosamente apagado de flores marchitas del Recuerdo.
Y si se da vuelta, verá que en la planta han quedado otras, purpúreas todavía, pero de una púrpura deslucida, triste, y cuyo perfume, a la vez suave y amargo, desconsuela. Son las flores del Pesar; también, en otro tiempo hermosas flores del deseo, dejadas ahí por descuido, por desdén o por olvido, por no haber podido o por no haber querido, también por no haberse atrevido quizá, o por no haber sabido.

..

a morir se resistia
pobre iluso
con un punto queria
seguir viviendo como un burro

el diablo agonizaba
y solo con un punto
disimulaba
su mala baba

tu mala leche
te brota en cascada
y no consigues más
que hacerme reir
cuando me la casco

que triste es perder un amigo
que triste es perder un amor
pero mas triste es perder la toalla
con los ojos llenos de jabon

No te rajes ahora
no abandones la guerra
aqui te busco cada dia
pa fohharte como una perra

no te gusta la poesia
ni de noche ni de dia

que coraje le tienes
a la pobre muchacha
que te ha hecho
peazo de cucaracha?

cuando te veo
me peo

sin ti no soy nada
vuelve

al final me anamorare
de ti malandrino