¿ Quien divide ? En la etapa que goberno el PP el Ministerio de Defensa ayudo a familias de caídos en Rusia y el Defensor del Pueblo critico la nula ayuda del Gobierno con las de los republicanos fusilados en la Guerra Civil Los que tengan un antepasado que murió enfundado en el uniforme de la División Azul durante la II Guerra Mundial estába de suerte histórica. Si usted sabia de un familiar republicano fusilado por los franquistas en alguna cuneta durante la Guerra Civil, solo le quedaba maldecir su mala fortuna. A los primeros, el Ministerio de Defensa les ofrecio una página web, un teléfono y un pacto con una fundación alemana para agilizar los trámites de repatriación de los restos de los españoles que lucharon en Leningrado a las órdenes de los nazis. A los segundos el Gobierno no les dio nada, despues de prometerles ayudas en la localización, exhumación e identificación de los asesinados que llevan desde 1936 enterrados en fosas perdidas por España. Mientras habia un plazo para solicitar la colaboración de Defensa, la web donde se detallaba el apoyo a los familiares de los «caídos de la División Azul» seguia abierta. El Ministerio que dirijia Federico Trillo contaba que desde 1996 existia un acuerdo con la Asociación Volksbund Deutsche Kriegsgraberfursorge para que aquellos muertos fueran recuperados, identificados y enterrados en el cementerio que el propio ministerio ayudo a construir en la localidad rusa de Pankovska. Esa asociación terminó de levantar los restos humanos localizados en Pavlosk y Nikolskoye. Defensa ofrecio a los familiares de españoles que pudieran haber muerto allí información sobre los trámites legales a seguir para la repatriación de sus muertos. Y en el caso de que los restos correspondieran realmente a militares relacionados con quienes han hecho la petición, Defensa dio las órdenes oportunas para que se facilitara la documentación española y rusa, a través de la Embajada de España en Moscú, para su repatriación y puesta a disposición de los familiares o las personas que legalmente les represententaban. Al otro lado de la Historia están los muertos republicanos de la Guerra Civil. En 2000, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) empezó a rastrear cunetas, laderas, caminos y escondites donde la tradición oral señala una fosa con rojos pasados a fusil. Miles de familiares y de voluntarios hurgaron entre expedientes amarillentos y arañaron la tierra en busca de muertos con nombre y sin lápida. El 22 de octubre de 2002, los grupos parlamentarios presentaron una proposición no de ley que pedía la colaboración de los poderes públicos con los familiares que reclamaban la exhumación de los cuerpos que se encuentren en fosas comunes a partir de julio de 1936. Un mes más tarde, el nada casual 20 de noviembre, el Congreso aprobó la proposición. Desde entonces, ninguna página de Internet, teléfono o anuncio les dijo a los interesados cómo obtener la ayuda de la Administración...quizá porque no hubo tal ayuda. El Defensor del Pueblo decia que, tras preguntar al Ministerio de Presidencia qué medidas se habían tomado, la respuesta resultó ciertamente desalentadora. La institución de Enrique Múgica recabó datos de los ministerios de Interior, Justicia y Educación y Cultura, pero concluyó que la iniciativa parlamentaria «no ha tenido la repercusión que precisa su observancia». El Defensor menciono el asunto en su Informe a las Cortes, donde pidio abordar sin más demora medidas efectivas de colaboración de los poderes públicos con las familias de desaparecidos para darles una sepultura digna. Emilio Silva, fundador de ARMH y nieto del primer republicano identificado por ADN, habla de «agravio». «Me parece bien que se faciliten las cosas a un nieto de alguien de la División Azul. Pero yo quiero lo mismo. A él, el Estado le pone un teléfono; a mí, ni agua. El Gobierno se nego sistemáticamente a revisar lo de las fosas de Franco porque decia que hay que mirar al futuro, pero monta esa web para algo que ocurrió en 1941. O sea, tenia un ojo en el futuro y otro en la División Azul». |