El nacionalismo de aldea y el racismo conducen a la violencia y al desastre Ni qué decir que el principal partido de la oposición en España, el PP, ejerce además de ultranacionalista y xenófobo frente a las regiones donde no tiene responsabilidades de gobierno y, donde las tiene, enfrenta a sus comunidades con otras, principalmente contra Catalunya, como principales causas de sus agravios económicos y sociales. Los inmigrantes, que han contribuido y contribuyen a la riqueza nacional con su trabajo en sectores despreciados por la población autóctona y también con su vida en nuestras fuerzas armadas, están siendo señalados como culpables por los mismos que tras una sonrisa les dan “las cajas de leche” cuando han perdido el empleo, sufriendo además la penalidad de no poder regresar a sus respectivos países por falta de medios. Son acusados, los que tienen suerte de que sus empresas hayan cotizado por ellos, de percibir las prestaciones a las que tienen derecho. Y solo por ser extranjeros y pobres que molestan a la vista, son enfrentados a otros trabajadores, nacionales, que se llaman “españoles” como única excusa de derecho. Lo lamentable es que esos “españoles” de boquilla son incapaces de enfrentarse, porque es más cómodo ignorar sus derechos laborales, a los que realmente los explotan y los tiran a la calle sin contemplaciones tras muchos años de servicio al “jefe”. Esos “patriotas” de nuevo cuño también son los que no ven inconveniente en tener a los “extranjeros pobres” cuidando de sus familiares a bajo precio, pero no como vecinos en su finca o barriada.
|