Barcarrota - Badajoz

"9 de marzo de 2009.- Han pasado ocho días desde las elecciones gallegas y vascas y el presidente del Gobierno parece perdido en el bosque. Es evidente que el resultado no ha sido el que esperaba en ninguna de las dos Comunidades Autónomas, tampoco en Euskadi. Los socialistas habían llegado a creer que iba a llegar a ellos mucho voto desafecto del PNV y que podrían superar a este partido en un par de escaños, como pasó en las elecciones de 1986.
La consecuencia lógica de un resultado así sería imponer a Patxi como lehendakari en un Gobierno de coalición con el PNV. Ibarretxe se iría a presidir alguna fundación o alguna empresa pública y aquí paz y después gloria.
No ha salido como se esperaba. El PSE no ha recibido votos nacionalistas en cantidad apreciable. Ibarretxe ha obtenido un buen resultado, y ha sido la fuerza más votada, con cinco escaños más que el PSE. No es fácil que el PNV acceda a renunciar a su candidato cuando ha ganado para secundar a Patxi en el Gobierno. La victoria de López es, por otra parte, un puñado de paradojas:
La lehendakaritza está al alcance de la mano de Patxi gracias a la victoria de Núñez Feijóo en Galicia. Sería muy difícil para Rajoy votar la investidura de los mismos que han sumado sus escaños para derrotar a un PP con un escaño menos de la mayoría absoluta.
Una segunda paradoja es que, López, entusiasta del espíritu del Tinell, va a gobernar gracias al apoyo de una representación a la que desprecia, le va a deber el cargo al hombre al que humilló en la capilla ardiente de Isaías Carrasco, en la utilización política partidaria más lamentable que se ha hecho de un asesinato terrorista. No se le ocurrió salir a arrancar los carteles de etarras que ofendían la memoria del asesinado, ni se le ha conocido actitud tan entera ante ningún dirigente de la izquierda abertzale. Ni siquiera ante nadie del PNV.
La victoria de López ha tenido carácter pírrico para Zapatero: le salva la cara, pero es a su costa, ya que perderá el aliado que le permitía alcanzar la mayoría en el Congreso de los Diputados.
Si Zapatero, a falta de seis escaños para alcanzar los 176 que conforman la mayoría absoluta, va a tener que hacer dibujos de ahora en adelante, calculemos lo que le pasará a Patxi, faltándole 13 para alcanzar 38. Que así las cosas reivindique la libertad para pactar con unos y con otros, parece una fantasía.
En fin, todas estas cosas empezarán quizá a tener sentido una vez que se haya desalojado a Ibarretxe de Ajuria Enea."