....ES UN "DELITO" GRAVE Mujer, si eres una buena hija, esposa, amante, la mejor madre del mundo, la persona más comedida e inteligente y la más trabajadora y la más limpia y, además, sacas adelante todos los días del año los asuntos de tu hogar, aseas y educas a tus hijos, cuidas que tu esposo vaya como un pincel, atiendes a tus padres ya mayores y mil faenas más de las que al común nos pasan desapercibidas, tal vez seas respetada. Si no te casas ni tienes hijos y abrazas en cuerpo y alma un credo, cualquiera, y dedicas tu vida a educar y cuidar niños u otros seres desvalidos, aquí o en regiones o países donde una cebra o un burro tienen más valor que un ser humano, enfermos en las más duras condiciones sanitarias, o te recluyes en un edificio junto con otras mujeres de tu mismo credo y condición para dedicarte plenamente a la vida contemplativa o, a zurcir y planchar calcetines que sudarán los píes de hombres que aún pensando como tú, no hacen las mismas labores que tú, puede que seas respetada. Si, tras muchos estudios y trabajos algún día sobresales dentro de tu comunidad de creyentes por tus conocimientos y, por casualidad o guiada por tu buena fe decides que estás capacitada para realizar las tareas que los varones que comparten tus ideas respecto a la existencia de una divinidad hacen, entonces, ya no serás respetada, ni tenida en cuenta y además, hasta puede ser que te acusen de cometer un gravísimo pecado, por lo que serás expulsada de esa comunidad a la que te entregaste. ¿Te acuerdas de Albi, aquella ciudad hoy francesa que dio nombre a una cruzada? ¿No? No pasa nada, mete la palabra “albigense” sin comillas en tu buscador y lee un rato. Comprobarás que en el fondo, las cosas han cambiado poco. |