Almendral - Badajoz

21-05-13 09:12#11318845
Salustiano Borrascas


Heil Hitler

A ti te digo Rub Al Kaba: ¿tú te acuerdas de cuando eramos chico e íbamos a aquellas escuelas de los pueblos donde habíamos nacidos en las que, un señor un poco reviejo, generalmente vestido con lo que pretendía ser o había sido un traje, todo el lleno de brillos y plagado de condecoraciones? ¿Que si? Pues imagínate la escena: estamos en una sala grande, con mesas que con un asiento acoplado y unos agujeros para meter los tinteros y unas ranuras para colocar los lápices o las plumillas aquellas que se mojaban en la tinta de los tinteros. Desangeladas en invierno y una calor asfixiante en verano. ¿Me sigues? Al fondo, una pared con el encerado donde el señor del traje raído escribía cosas y luego nos explicaba qué querían decir. Mas centrada, una mesa grande encima de una tarima, que tenía encima una bola grande con muchos mapas y sentado detrás, el maestro que nos vigilaba a todos para que no hiciésemos alguna barrabasada de las nuestras. Detrás de él, en la pared dicha y un poco más alto, una cruz de madera en la que habían clavado por las manos y por los píes a un hombre muy delgado y demacrado al que le habían dado un lanzazo en un costado y le había hecho una enorme herida que sangraba y, también, lo habían azotado con un zurriago lleno de pinchos y le habían puesto en la cabeza una corona hecha con zarzas y le habían hecho otras perrerías que no me acuerdo ahora.

A cada lado de esta efigie tan maltratada que me daba mucho miedo, sobre todo por las noches, cuando me despertaba alguno de mis terrores inspirados por esas u otras imágenes semejantes y antes de comprender que todo habían sido un mal sueño y que, me hallaba sumergido en la confortable comodidad de un colchón relleno de hojas de panizo que parecían gruñir si me movía; había dos cuadros con sendas fotos. Una de un señor que ya se había muerto o se lo había cargado, joven, delgado, muy serio de cara, vestido con una camisa azul arremangada hasta los codos que tenía unos bordados en el bolsillo y, el de otro lado, señor vestido de soldado que decían que era el jefe y que había vencido en todas las batallas.

Mi amigo Jaguarzo, que era hijo de uno al que los amigos de aquél señor vestido de militar y también del seriecito vestido de azul habían ido a buscar a su casa una madrugada, y se lo habían llevado a un sitio que todavía su familia no sabía, le tenía mucho miedo y a veces, se quedaba blanco y como sin habla mirando la foto. Sería porque recordaba aquella madrugada o porque se desvanecía debido a que comía bien poco porque su mamá, sola, no agenciaba bastante comida para ella y para su hermanita un poco mayor que iba a la escuela porque tenía que ir a fregar los suelos, de rodilla, a la casa de una señora muy importante del pueblo.

Un poco a la izquierda del señor de las ropas ajadas y a la misma altura de la foto del que estaba vestido de soldado, en la misma pared, un mapa grande, como el del encerado de la derecha, de España, aunque también tenía a Portugal al lado, físico decían que era porque en el se veían las montañas, y los mares que la rodeaban y los ríos que cruzaban los dos países como si con ellos no fuese aquello de las fronteras con aduanas donde unos hombres muy adustos vestidos todos con ropajes iguales, te decían que no podías pasar o, te registraban y se quedaban con la mitad de las cosas que llevabas. De hecho, mi abuela y yo, ya ni íbamos por allí sino que, nos metíamos a campo traviesa por los dehesas y atravesábamos el Guadiana por un sitio que ella sabía que el agua no nos cubría y por allí pasábamos con los fardillos de café o lo que fuera que habíamos comprado a los portugueses. Así y todo, a veces nos veían los tíos aquellos tan serios y corrían detrás de nosotros para quitárnoslo, pero nosotros corríamos más hasta pasar el río. Mi abuela siempre me decía que si veía que me iban a coger, que tirara el fardo y corriera, que se conformaban porque les hacía mejor apaño.

Hoy, con esto de la Ley Wert, leyendo El Peridico de Catalunya, he revivido todo aquello cuando he visto animus iocandi, que es un chiste gráfico que dibuja un señor con mucho ingenio y más gracia . En el se ve aquella aula donde yo iba de chico perfectamente retratada menos el señor del traje raído, que es Rouco Varela.
También hay dos personajes, uno el propio Wert con su ley relatando sus bondades y diciendo que no pretende adoctrinar y otro, es una mujer, la virreina del Gobierno en Catalunya, Llanos de Luna o Luna de Llanos, con un látigo en la mano y vestida toda con unas ropas negras hasta el suelo, e la señora esa que junto con guardia civiles y otros, le da diplomas a los que lucharon en la guerra europea al lado del Furer, el otro jefe como el de la foto que digo, pero de los alemanes.

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Ande saliste

Antes hacía daño por Barcarrota y sus alrededores pero ahora está cerca de Córdoba, en Granja de Torrehermosa.

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Sus, gruñes muy bien, pero sácate el chicle que no te deja jozá como tu Dios te manda