El ADN revela que los restos hallados en Moraleja son de Santos El ADN revela que los restos hallados en Moraleja son de Santos Los análisis realizados por Toxicología en Madrid cierran el proceso de identificación de las víctimas del siniestro P. ARMERO/J. R. NEGRO | PLASENCIA/MORALEJA. Hoy se cumple una semana de la explosión que ha segado la vida de tres vecinos Los restos hallados el sábado en Industrias Oleícolas Sierra de Gata pertenecen a José Miguel Santos, de 30 años, la tercera víctima de la explosión que se produjo hace justo una semana en la extractora de orujo de Moraleja. El resultado de los análisis que confirman la identidad se conoció ayer, después de que el Instituto Toxicológico de Madrid haya comparado esas muestras con las de ADN que se extrajeron a familiares del fallecido. Fueron perros especializados en la búsqueda dentro de escenarios de incendios los que encontraron a primera hora de la tarde del sábado restos que los encargados de la investigación previeron que pudieran pertenecer a Santos. El lunes se remitieron al Instituto de Toxicología de Madrid, junto con la sangre extraída a los parientes del joven, con el fin de que fueran cotejados; dos días después llegó la respuesta más esperada por los familiares de este hombre, del que no se encontraban pistas desde que a mediodía del jueves se produjo la explosión en la fábrica de la localidad cacereña. Un tiempo récord el que se ha empleado en esta tarea de identificación por la urgencia del caso. Concluyen con esta confirmación horas de angustiosa espera, al mismo tiempo que se cierra la desgraciada lista de víctimas que encabezó Valentín Parra, de 58 años, cuyo cadáver se encontró horas después del siniestro, en torno a las cinco de la tarde del pasado jueves día 24. Le seguía en ese listado Alberto Lozano, de 88, cuyo cuerpo sin vida fue localizado en torno a las siete de la mañana del día siguiente, viernes. El hallazgo de José Miguel Santos ha requerido más tiempo, hasta el sábado que se hallaron los restos y hasta ayer mismo que se tuvo confirmación oficial de que le pertenecían. La búsqueda del joven se desarrolló con intensidad desde el jueves hasta primera hora de la tarde del lunes por parte de un dispositivo integrado por bomberos, maquinistas que levantaban escombros con sus grúas, Guardia Civil acompañada por perros especializados en siniestros, buceadores de los GEAS, policía judicial y municipal, además de voluntarios de Protección Civil, que trabajaron a pleno rendimiento. Su tarea ha estado complementada por la de Cruz Roja, cuyos psicólogos, trabajadores sociales y orientadores han acompañado a las familias para ayudarles a llevar mejor la espera y prepararles frente a las malas noticias que al final no han tenido más remedio que escuchar. Hace tres días se determinó poner punto y final a la búsqueda de José Miguel Santos, después de haber batido en varias ocasiones tanto el interior de la empresa accidentada como los exteriores, en la zona de huertas y de río en la que se encuentra. Solamente quedaba esperar los resultados de Madrid, que finalmente ayer llegaron. Hoy se cumple una semana del accidente que se ha llevado por delante a tres vecinos de Moraleja. Siete días han pasado desde que tuvo lugar la peor tragedia que se recuerda en este pueblo del Valle del Alagón, en el norte de Cáceres. La investigación continúa Eran cinco las personas que se encontraban en la fábrica siniestrada a mediodía del jueves pasado. Se trataba de los dos trabajadores fallecidos, Parra y Santos, más la tercera víctima, Alberto Lozano, un exempleado que vivía al lado y cada mañana solía darse una vuelta por la empresa; los otros dos vecinos que estaban presentes y que por fortuna han salvado la vida son Alberto Lozano hijo, encargado de la fábrica en la que su padre hizo el mismo trabajo durante años, y Miguel Santos, padre de la última víctima hallada. Padres e hijos unidos por una tragedia que, según han confirmado desde el Ayuntamiento y Sepei, tuvo su origen en un depósito en el que se mezcla orujo con hexano. Una apreciación que llegó después de que desde el día del accidente se estuviese achacando la explosión al estallido de un tanque de hexano, el disolvente químico altamente volátil que se utiliza para extraer orujo. La investigación sigue adelante y hasta que no concluya la Junta prefiere no ofrecer datos. Los familiares de las víctimas están especialmente expectantes respecto a sus resultados, una vez que han cuestionado la seguridad en la fábrica. |