El barrio obrero que sueña con la nobleza El barrio obrero que sueña con la nobleza - GUILLERMO BRUNET | MÉRIDA. Tras quedar campeón de su grupo, cuando el objetivo era la permanencia, deberá remontar el 1-0 de la ida ante el Cacereño B El Emérita Augusta sueña con ascender por primera vez en sus diez años de historia a Tercera «Si conseguimos el ascenso, vamos a disfrutar de la Tercera, pero con un proyecto de cantera, sin hipotecar el futuro» «Todo esto se debe al gran grupo humano que hay. Y que encima están con ganas»No hace mucho, la ciudad de Mérida vivía troceada en equipos de fútbol. Precisamente por ellos se conocían todos sus barrios. Antes de que la era global conectase cada centímetro de la capital, cada barrio tenías sus fiestas, sus bares y, por supuesto, su equipo de fútbol. Salir de ahí suponía toda una aventura. En la última década del siglo pasado compartían este hábitat el Mérida, el Pizarro, el Nueva Ciudad, el Imperio, La Antigua, el Don Bosco, el María Auxiliadora, el Rayo Emeritense, el San Francisco de Sales, el San Andrés... Coexistían en la capital barrios tan extensos que necesitaban de hasta dos equipos para dar cabida a tanto niño suelto. Y sin embargo hoy, 2012, sólo cinco equipos resisten el inexcusable paso del tiempo: Mérida, Nueva Ciudad, Imperio, Don Bosco y Emérita Augusta. Y aunque cada cual acoge chavales de distintos puntos de la ciudad, el sentido de pertenencia aún perdura. Es el caso del Emérita Augusta, que sobre todo recoge niños de La Antigua, San Juan y María Auxiliadora, rincón en el que tiene levantado su campamento. María Auxiliadora es un barrio obrero en la periferia de Mérida. De esos de toda la vida. De los bares después del trabajo, de las tertulias de esquinas por la mañana y donde todos se conocen por motes o lazos familiares. Allí fue precisamente donde decidió instalarse el Emérita Augusta, escuela que surgió de la fusión entre el Lusitania y La Antigua, hace ahora diez años. Arrancó con una planicie de mucha arena y hierbajos sueltos como campo y lo ha convertido en un mini-estadio de césped artificial con todo lo indispensable para gozar del fútbol modesto. En ese campo pretende jugar el próximo curso en Tercera División. Sí, tal cual leen. En Tercera División. Porque la escuela del barrio y alrededores se juega el domingo (18.00 horas) ascender por primera vez en su historia a la máxima categoría del fútbol regional. Lo conseguirá si es capaz de remontar el 1-0 que se trajo de los campos de Pinilla el pasado domingo ante el filial del Cacereño. «Va a ser muy complicado, porque ellos son un equipo muy fuerte, con mucho oficio, que sabe lo que debe hacer en cada momento... pero ilusión tenemos, y mucha oiga», coinciden el presidente, Miguel Ángel Herrera, y el entrenador, Juan Manuel Gómez 'Palomo'. El técnico, al igual que la mayoría del vestuario que dirige, es marca Emérita Augusta. Fue saltando de categoría desde benjamines hasta que llegó al juvenil, y fue tan educativo lo que construyó ahí, que el pasado verano la directiva le ofreció en bandeja el primer equipo. Un conjunto que se creó hace cuatro años para arrancar en Primera Regional y dar cabida a los juveniles que terminaban etapa. Pero tras ascender en su primer año a Preferente y salvar dicha categoría en los últimos dos, con entrenadores de la talla de José Ramón Montero y Francisco Javier Serradilla, este curso se ha destapado. Aunque nadie lo esperaba. Su objetivo era volver a salvar la categoría, y sin embargo, ya ven, están a dos goles de subir a Tercera tras quedar campeón de su grupo. No lo tiene nada fácil, porque su rival en esta última eliminatoria por el ascenso, el Cacereño B, le ha doblegado siempre esta temporada: tanto en los dos partidos de la fase regular (el único que lo ha logrado de todo el grupo) como el pasado domingo en el duelo de ida (1-0). «Pero fue un choque muy igualado, donde los dos equipos se mostraron mucho respeto», opina el presidente Herrera. «La idea es remontar», prosigue el técnico. El vestuario está conformado por juveniles que finiquitaron su etapa en el club y jugadores con experiencia en Tercera. El amasijo de ambos factores está completando una aventura inolvidable. Ex imperialistas como Vilorta, Porrino, José Antonio Paredes o Perico (los dos últimos formados en la propia escuela), más promesas como José Ángel, Elías Farrona, Nando, Pildo (hijo de Portu, ex portero del Mérida C.P.)... «La clave de todo es que son un grupo de amigos. Hay mucha unidad y encima están con ganas», desliza el presidente. «Se debe al gran grupo humano que hemos creado entre futbolistas y cuerpo técnico. Y también al apoyo de la directiva», subraya el míster. Una directiva que ya lo tiene decidido: adelante. «Ya que estamos aquí, vamos a por la Tercera. Y la disfrutaremos si la conseguimos, con un proyecto de cantera, sin hipotecar el futuro», cuenta Miguel Ángel Herrera. «Cuesta asimilarlo porque el paso es muy grande. Hablamos que somos una escuela de fútbol», recuerda Palomo. Una escuela de fútbol con 360 niños que esperan darle un ambientazo al campo el domingo por la tarde. Cada jugador de las categorías inferiores que vaya con la elástica roja del club podrá entrar acompañado por dos adultos. «Esperamos mejor ambiente que el día del Burguillos. Creo que va a venir hasta el presidente Monterde». Que sepa Monterde que va a un barrio obrero que sueña, Cacereño mediante, con codearse con la nobleza del fútbol regional. |