Cinco mensajes que envían los españoles Cinco mensajes que envían los españoles a través del CIS | Beatriz Toribio Más allá de que ningún líder político alcance el aprobado, el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) deja una serie de lecturas que nuestros gobernantes y representantes sindicales deben de tener en cuenta. 1. El problema son los políticos, no la política. El barómetro del mes de abril refleja que la política interesa a los españoles, pero no sus representantes. La clase política y los partidos siguen siendo el tercer gran problema para los españoles, después del paro y los problemas de índole económica. Pero llama la atención que si bien estas dos preocupaciones caen ligeramente, la percepeción sobre la clase política empeora respecto a enero, al pasar del 17,8 al 18,1%. Y una vez más, como ya ocurriera en el barómetro del mes de enero, todos los líderes polítcos suspenden. Ni siquiera Rosa Díez, la política mejor valorada según el CIS, alcanza el aprobado: la líder de UpyD, que es la mejor puntuada, cae del 4,75 de enero a un 4,47. 2. Ojo, señor Rajoy. Pero la caída que más llama la atención es la del presidente del Gobierno que pasa de la segunda a la sexta posición en el ranking de líderes mejor valorados: en enero recibió una nota del 4,55 y en abril del 3,84. Rubalcaba también cae, pero menos (del 4,25 al 4,11) y asciende a la segunda posición que antes ocupaba Uxúe Barkos, de Geroa Bai. Esto unido a la pérdida de casi cuatro puntos en la estimación de voto que refleja en el CIS (en abril votarían por el PP un 40,6% frente al 44,6% que les votó el 20N) es un serio aviso a Mariano Rajoy. El PSOE en cambio recupera terreno: ahora lograría el 29,6% de los votos frente al 28,7% obtenido en las últimas generales. 3. Ningún ministro alcanza el aprobado. Otra lectura del CIS que llama la atención es que a diferencia del barómetro del mes de enero, ningún ministro llega al 5. Hace tres meses lo hacían Alberto Ruiz Gallardón (Justicia), que sigue siendo el ministro mejor valorado, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y Ana Pastor (Fomento). En enero los tres eran los únicos que superaban el cinco. En abril, la nota más alta es un 4,31 y es para Gallardón. Además, los ministros que salen peor parados son los titulares de aquellas carteras donde se han realizado los principales ajustes o reformas. La encuesta se realizó entre el 9 y 17 de abril cuando el Gobierno ya había anunciado los recortes en Educación y Sanidad. Así, José Ignacio Wert, ministro de Educación y Cultura, es el que peor nota obtiene (3,19) y el que más cae respecto a enero (entonces consiguió un 4,59). Le siguen Fátima Báñez (Empleo y Seguridad Social con un 3,51, ya que la reforma laboral también ha generado mucha polémica en la opinión pública y Jorge Fernández Díaz (Interior) y Ana Mato (Sanidad) con 3,63 y un 3,69 respectivamente. 4. Los partidos de izquierda, los menos castigados. No solo el PP sale mal parado en este barómetro del CIS: UPyD, PNV y formaciones minoritarias como BNG, Coalición Canaria o Geroa Bai también pierden en estimación de voto respecto al barómetro del mes de enero. La excepción en las formaciones más conservadoras son Foro Asturias y CiU, formación que pese al desgaste de estar en el Gobierno y a la política de ajustes puesta en marcha mejora en cuatro décimas hasta el 3,8% en estimación de voto. PSOE, Izquierda Unida, Amaiur y ERC también mejoran en intención de voto. Todas son formaciones de izquierda. Compromís y Geora Bai se mantienen en los mismos niveles de hace tres meses. 5. La huelga general fue un fracaso. También hay un mensaje para los sindicatos. Según el CIS, para el 51% de los encuestados la huelga general del 29 de septiembre fue “más bien un fracaso” frente al 21,4 que piensa que fue “más bien un éxito”. Además, el 80% no cree que vaya a servir para revertir la reforma laboral. Pero un 23,4% afirma que participó en la huelga, y entre ellos un 8% de votantes del PP. Y son más los que dicen que tuvieron impedimentos para secundarla (un 15% fue a trabajar por obligación y un 6% por miedo al despido) que los que afirman que no trabajaron por la coacción de los piquetes (un 5%). |