Sotillo de la Adrada - Avila

La mujer,miraba fijamente la foto que tenia en sus manos,que guapo estaba,con su uniforme,al instante,dos lagrimas resvalaron por su mejilla.no queria llorar,ya habia llorado bastante,pero no podia evitar emcionarse.los recuerdos se agolpaban,en su cabeza queriendo salir.recordaba,lo guapo que era cuando nacio,como su hermano mayor le enseÑo sus primeras letras,sus juegos,sus besos,sus abrazos,sus sueÑos sus ilusiones,su alegria,y lo trasto que era.sonrrio recondando sus travesuras,pero la decision estaba tomada,nunca mas lloraria por el,no se lo merecia,nunca mas dejaria que le hicieran daÑo.a partir de ahora viviria solo para quien la queria,su marido,el gran amor de su vida,su apoyo mas fiel,sus otros hijos,su familia y esa niÑa que tanto queria y con la si pudo ejercer de abuela.una vez mas miro la foto que tenia en sus manos,y le dio un beso,despues la rompio en pedazos.despacio cojio una de sus nietos y como si pudieran oirla les dijos quiero y siempre os llevare en mi corazon.

A veces lo inmaterial tiene mayor valor que el oro.

No existe metal precioso que pueda pagar el amor de las abuelas/abuelos, por lo tanto empleando la lógica debería considerarse grave delito cuando se produce el robo de este hermoso sentimiento.

Conozco bien a dos magníficas personas a quienes roban a diario el amor de sus nietos.

Grande es la dimensión del daño que se les produce, pero rápido debo decir que se sienten muy compensados en el amor que a diario reciben de una bella niña, bonita como un ángel que, prácticamente, casi a diario les visita y, es espléndida en sus demostraciones de cariño.

Llegará el día que esos nietos a quienes ponen esa barrera sin cadenas, pidan explicaciones que justifiquen ese proceder injustificable.