Sinlabajos - Avila

HOLA ESTOY ENCISCAO Y NO PARO DE ESCRIBIR.
ME ESTABA ACORDANDO AHORA, AL RECOGER EN EL TRABAJO, DE QUE EN ESTAS FECHAS, MI ABUELA DECÍA: "YA SE HACE DE NOCHE MAS PRONTO Y EMPIEZA HACER FRESCO, VA HABER QUE ACHISCAR LA LUMBRE DE PAJARAZA EN EL HOGAR".
MACHO QUE RECUERDOS!!
YO NO SE SI ES EL OTOÑO, PERO ES CUANDO MAS ME VIENEN A LA MEMORIA. ESE OLOR POR TODO EL PUEBLO A HUMO DE LAS GLORIAS Y DE ESA LUMBRE DE PAJARAZA CON CORAZÓN DE TAMOJA HUMEDECIDOS.
ESE HOGAR QUE TENÍA SIEMPRE PUESTOS DOS O TRES PUCHEROS A LA LUMBRE:
UNO DE AGUA PARA LAVARSE EN ESE PALANCANERO DE HIERRO FORJADO O DE MADERA, CON ESA PASTILLA DE JABON DE ESENCIAS Y ESA TOALLA UN POCO ASPERA DEL FRÍO Y CON AROMA DE JABON DE LAGARTO Y HUMO, DE ESTAR SECADO AL PIE DEL HOGAR EN UNA SILLA.
OTRO CON UN COCIDO CASTELLANO CON SUS GARBANZOS AUTOCTONOS Y SU RELLENO
ESPECTACULAR. O CON UNAS PATATAS CON LIEBRE, GUINDILLA Y ALGÚN NICALO.
Y EL ÚLTIMO LA COMIDA DE LOS GALGOS "QUE SON MÁS DELICAOS": UN CACHO TOCINO VIEJO CON PELADURAS DE LAS PATATAS.
ESE DESPERTAR EN LA ALCOBA ENGULLIDO POR EL COLCHÓN DE LANA, TAPADO POR ESAS SABANAS BLANCAS HELADAS AL ACOSTARTE Y ESA MANTA DENSA PESADA, QUE NO TE DEJABA NI MOVERTE. Y EL TIC TAC DEL RELOJ DEL ABUELO QUE TRAJO DE CUBA Y QUE NO SE RETRASABA NI UN SEGUNDO.
ESA MIRADA AL CIELO NADA MÁS LEVANTAR, EN EL CORRAL MOJANDOTE LA CARA CON EL FRÍA DEL CANTARO, ESCUCHANDO A LA VEZ LOS TORDOS ESTRIDENTES.

ME SE CAEN LAS LAGRIMAS!, UN ABRACILLO JE JE!

Has conseguido q mis ojos se empapen en lágrimas al escuchar tu relato.
Han venido a mi mente los años más felices de mi vida. Aquellos en los q siendo una niña los momentos más entretenidos y tiernos eran cuando sentada en las rodillas de mi abuelo frente al calor de la chimenea, él me contaba historias, fábulas e incluso adivinanzas q, a veces, él mismo inventaba. Mientras mi abuelita y mi tía preparaban el ajo cano para cenar.
Ahora recordé una de aquellas adivinanzas:
-¿Cómo puede ser comer un conejo hoy y matarlo mañana?
Supongo q ahora me parece evidente, pero para una niña llegar a adivinarlo entonces era toda una hazaña. ¿Dónde quedaron aquellos momentos? ¿y aquella inocencia? ¿y aquel calor de hogar?.
Si algún día tengo hijos me encantaría q su abuelo les contase historias como el mío lo hizo conmigo frente al calor del hogar. Creo q el optimismo con q veo la vida se lo debo en gran parte al cariño q recibí desde pequeña , en especial de mis abuelos (donde quiera q estéis gracias x hacer q hoy sea como soy).

Un beso

sois mas antiguos qe las sopas de leche....monina que bien te cauflas. jejejej.

¿como puede ser comerse un conejo hoy y matarlo mañana??? no lo se...m lo dices??gracias!! ah, m ha encantado tu relato...aun soy un poco joven y no e tnido la suerte d vivir esas cosas...pero m hubiera encantado!! bss

Piensa un poquito y no tergiverses mis palabras: “comer un conejo hoy” no comerse... Lo ves más claro ahora?????????????

No es necesario ser “antiguo” para haber vivido estas experiencias (yo lo puedo ratificar).
Supongo q en la sociedad de hoy en día, donde se da tanta importancia a las tecnologías y se han dejado de lado valores tan fundamentales como la comunicación familiar, es difícil encontrar esa estampa a la q yo me refería cuando hablaba de escuchar historias frente a la hoguera.
Con esto no quiero decir q los avances no sean importantes, pues lo son, y hemos de seguir avanzando pero sin perder aquellas constumbres q no merecen fenecer.

Besos,

Monina