Abrazada al dolor... Cuando el dolor llega a nuestras vidas, lo hace con sufrimiento, lágrimas, tristeza y fantasmas del pasado… Quisiéramos no tener que sufrir nunca, pero el dolor es inevitable, es parte de la vida. Y aunque no nos guste, también trae cosas positivas a nuestra esistencia. Pero con el dolor todo es distinto: haz de cuenta que por evitar una cerca llena de espinas caes a un profundo abismo. No opongas resistencia al dolor, porque cuanto más trates de desterrarlo de tu vida, más le tendrás presente a cada instante, más te causará heridas y te llenará de sufrimientos. El dolor es algo que debemos aceptar con humildad, es una prueba de amor y valentía para nuestro espíritu, porque si nos encerramos en la tristeza, seguramente sucumbiremos y no sólo nuestra alma se perderá, sino que nuestro cuerpo también se enfermará. Día 3 de Agosto de 2011 Morañega |