San Esteban de Zapardiel - Avila

Sant Jordi mató al dragón

para conquistar a la princesa.

Yo vencí su corazón

que era su centinela.

De la sangre del animal caído

creció un rojo rosal.

Yo de ese mismo líquido

provoco un manantial.

Él cortó una rosa

ofreciéndosela después.

Tomé yo la más espinosa

y en el pecho se la clavé.

La suya era fresca y olía

de lo mejor.

La mía pinchaba y dolía

por ser el veneno del AMOR.

Él la montó en su caballo

y al castillo la llevó.

Yo la pisé con los cascos

y mi sello se le grabó.

El dragón allí yacía

frío e inerte.

Yo le di la vida

después de darle él la muerte.

Sant Jordi fue vencedor

y le cedieron la mano de la hija del rey.

Yo con mi escudo, EL AMOR,

pasé las puertas del palacio infringiendo la ley.

Se casó con la princesa,

pero no durmió con ella

porque su corazón era presa

de mi tortura perpetua.

Sant Jordi tenía una lanza

con la que mató al dragón.

Yo tenía un arma

mucho peor que un cañón.

Él la salvó de la muerte

arriesgando su vida

y yo a la princesita de ojitos verdes

se la quito día a día.

Sant Jordi fue vencedor,

pero yo le robé el amor

23 de Abril de 2010

Hoy es un día muy especial para mi, es el santo de mi hijo Jordi, te deseo lo mejor y que sigas como hasta ahora noble, generoso y buen hijo. Un petó de la teva mare

Amparo

Morañega