Piedralaves - Avila

Las primeras luces del atardecer ensombrecían las hojas de las encinas,el aire del norte que movía suavemente las ramas y la hierba parecía traerle el aroma de las montañas.
El sonido de las caracolas y los gritos le sacaron de su sueño y la triste realidad se volvió tangible,gritos y golpes menudearon entre la rehala al tiempo que los iban metiendo en las jaulas,los perros no se sometían de buena gana y el palo y la traílla les recordaban su esclavitud.
Por fin los camiones con las rehalas partieron y el busco un rincón para descansar,los demás perros guardaban una prudente distancia mezcla de respeto y miedo,cuando el llego a la rehala los perros mas fieros quisieron dominarle pero sus colmillos y su fuerza les pusieron en su lugar.
Cuando aquellos hombres le capturaron ya tenias tres años y su cuerpo era fuerte y poderoso,magistral mezcla de la naturaleza entre la raza salvaje e indómita de su padre y la raza de su madre perseverante y noble en el cuidado del ganado, habituado a las fatigas y rigores de la montaña a la lucha incesante con los elementos,aun recuerda la mañana en la que entre varios hombres con palos y lazos le apresaron y le metieron a golpes en una jaula, de nada valieron sus furiosas dentelladas ,el había peleado contra los lobos defendiendo a sus cabras pero estas alimañas estaban preparadas para todo y no conocían el honor.
A partir de entonces y durante casi un año su carcel fue la rehala y allí conoció la crueldad de los hombres,mas ni los golpes ni los castigos doblegaron ni su cuerpo ni su alma.
Que distintos estos del cabrerillo que siendo un cachorro le encontró junto al cuerpo sin vida de su madre y le había alimentado, cuidado, enseñado a carear y a cuidar del atajo de cabras.
Durante tres años habían compartido, el frió y el calor del fuego,los juegos y las peleas con los lobos y entre ellos se había forjado una amistad de sangre y amor esa que solo pueden tener las criaturas que son libres y tienen corazón.
Siempre pensaba en el y en el trozo de pan y el trago de leche fresca que tantas veces compartieron y un impulso irrefrenable,como el viento del norte le llamaba a escapar y volver a su lado al calor de su fuego en las sierras entre nieve , riscos y praderas donde sabia que le esperaba su único amigo.
En aquel rincón ahora ya oscuro, dentro de su fuerte pecho su alma libre aullaba a la luna,entonces hubo un fuerte golpe y el camión en el que viajaba la rehala se precipito dando tumbos hacia el lecho seco de un rió........

¡¡¡Me tienes sin palabras!!!. Describes la tragedia del pobre animal con mucho realismo.¡¡¡POBRE!!!

querida cigueña he decidido copiarte y escribir un cuento,espero cambiar por

Al entrar al post creia que hablarias de Pablo charpas muhahahahaha

Me he partido el pecho fzm.JAJAJAJAJAJAJA,yo también pense que era Charpas.

Durante un momento todo fue caótico,golpes,aullidos ,después el silencio espeso, ominoso,mientras la muerte hacia su cosecha entre los perros enjaulados en aquel amasijo de hierros.
Cuando sus sentidos se acostumbraron a la nueva situación se dio cuenta que la jaula en la que iban se había aplastado y la puerta estaba desencajada,de manera instintiva se abalanzo sobre ella y con un fuerte golpe la termino de abrir y se lanzo hacia la oscuridad hacia la libertad.
Detrás de el ya se empezaban a oír las voces de las alimañas y se veían las luces que iluminaban el cauce del rió, los golpes con los que trataban de devolver a los otros perros a las jaulas restallaban en la noche,pero el corría con la desesperación del esclavo que de pronto recobra la libertad y la vida,como una sombra furtiva amparado en la oscuridad y en su pelaje,poco a poco las luces y los gritos fueron quedando atrás, como una pesadilla mientras el avanzaba por el campo sintiendo como las ramas golpeaban sus costados como si le fustigaran para que su carrera fuera mas veloz,mientras la hierba le acariciaba diciéndole corre,corre que eres libre.
El primer día que le sacaron con los demás perros de la rehala los mas fieros trataron enseguida de dominarle, marcando el territorio pero el no se amilano, de los gruñidos y los pelos erizados pasaron a las dentelladas,mas el estaba acostumbrado a pelear con lobos se defendió repartiendo mordiscos velozmente a los que se acercaban mas,un par de pantorrillas sangrando dejaron bastante claro que aquel perro negro con una estrella en la frente y una mancha blanca en la pata izquierda era duro de pelar,a partir de aquel día no se volvieron a repetir las peleas y los demás perros no le molestaban.
Otra cosa fueron los constantes golpes de las alimañas que trataban de doblegar su cuerpo y su espíritu,no hubo golpes ni castigos que le hicieran dominar su temperamento y mas de una de aquellas alimañas llevaba la marca de sus colmillos,pero aquella fiereza indomable que le suponía tantos golpes también le daba un valor inmenso para aquellos que le utilizaban en las cacerías,de no ser así le habrían matado sin dudar.
Todos sus sentidos estaban en máxima alerta, corría intentando hacer el menor ruido posible, atento a cualquier circunstancia que supusiera un peligro,poco a poco la fatiga fue dominando sus músculos y la salvaje carrera de varias horas se convirtió en un trote de lobo y después en un caminar alerta y precavido.
Las primeras luces del día comenzaban a teñir los campos y entonces busco un lugar seguro en el que refugiarse y descansar lo encontró al abrigo de unas piedras cerca de un arroyo y tras dejar varios rastros retrocedió y se acurruco en la negra tierra durmiéndose libre....

Querido Lobo, ¡¡¡CHAPEAU!!!. ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!.

Feliz Navidad para ti y los tuyos querida cigüeña

Bueno, tengo que decir querido lobonegro que no me ha dado tiempo a leer el relato. He entrado con algo de prisa y creo que merece la pena leerlo detenidamente, así que cuando lo lea mañana ya te comentaré que me ha parecido pero por los comentarios de cigueña adivino que tiene que ser una gran historia.

Besos y FELIZ NAVIDAD.

Querida MC, ¡¡¡YA sabía yo que teníamos a un LOBO ESCRITOR!!!.

Pues a mi me parece un relato bién escrito pero muy triste, así es de miserable la vida de los perros en las rehalas, lejos del cazador de antaño que cuidaba de su perro en casa todo el año y solo salia a cazar para complementar la alimentación de su familia escasa en carne.
Enhorabuena lobonegro.

El día ya estaba avanzado cuando despertó.
La carrera le había agotado y el descanso le devolvió las fuerzas,atisbo desde su refugio y no vio nada que le preocupara así que después de estirar sus músculos se dispuso a continuar su camino,debía buscar algo que comer y en aquellos campos no le fue difícil encontrar algo de caza,saciada el hambre y la sed su carrera volvió a ser rápida y atenta, no se cruzo con ninguna señal del hombre tal era la extensión de la llanura por la que corría,solo vio alguna pequeña construcción que evito cuidadosamente.

Suenan las caracolas y la rehala se pone en marcha azuzada por las voces de los cazadores la mañana es fría y la escarcha como un blanco sudario envuelve los campos.
Otra jornada de caza en la que tendrá que rastrear a los jabalíes y los ciervos conduciéndolos hacia los puestos para que sus amos estén contentos y no la emprendan a golpes con los perros.
El recuerda lo diferente que era cazar en la sierra con el cabrero solos los dos sin armas de fuego ,la astucia de un animal y la de un hombre,respetándose mutuamente y respetando a las presas que aquí si eran de subsistencia,un conejo o una perdiz que venían a aumentar la escasa dieta del cabrero, a veces solo pan duro y un tazón de leche y que a menudo bajaba el cabrero al pueblo para aliviar el hambre de su familia.
Que diferencia entre aquellas gentes humildes que no tenían casi comida y cazaban para comer y lo que el había visto en las cacerías en las que se mataban animales por docenas y luego aquellas otras gentes sin hambre, no aprovechaban dejando muchas veces la carne tirada en los campos.
Correr y correr esa parecía la única idea que tenia en su mente,su instinto le impulsaba a avanzar hacia el norte,en busca del aire frio de las montañas.
Poco a poco la llanura verde y llana fue dejando paso a suaves colinas cubiertas de encinas y pequeñas flores que parecían presagiar las altas cumbres, que en su desesperada huida tanto anhelaba, el aire se fue haciendo mas cortante y el agua de los arroyos que atravesaba veloz mas fría.
Al llegar la tarde los arboles fueron cambiando y en vez de las duras encinas empezó a atravesar bosquecillos de pinos y olorosos jarales.
De pronto al llegar a la cima de una colina en un hueco entre los pinos lo vio, el valle profundo verde y sobre el majestuosa y vigilante la sierra que tanto había añorado su lar,allí estaba con el manto blanco de la nieve en sus grandiosos riscos con la mancha verde esmeralda de sus robles, enebros y pinares,con el hilo de plata fría y cristalina de sus gargantas tal como el las recordaba tal como las había añorado cada día.
Solo un obstáculo se interponía entre el y su sierra el ancho curso de un rió que serpenteaba por el valle y como una muralla de agua parecía separarle de su destino,pero después de tanto tiempo, de tanto sufrimiento y esclavitud sabia que nada le privaría de llegar a su casa,por un angosto vado cruzo el rió y continuo avanzando por el valle.
Aquí su cuidado se hizo extremo las huellas del hombre y su presencia estaban por doquier y las fue evitando no quería caer preso otra vez estando tan cerca de su objetivo,la noche se fue cerrando y busco un refugio donde descansar, en el tronco hueco de un gran alcornoque se acurruco y después de escuchar atentamente los ruidos que le rodeaban se durmió esperando el nuevo día...

El campo se lleno de ruidos con las luces del alba.
Toda la naturaleza se despertaba y empezaba a buscar el sustento y la vida,en cada madriguera en cada nido en los campanarios de las iglesia en lo profundo del bosque en las puras aguas de las gargantas,por todo el valle.
En el tronco hueco del alcornoque un lecho de hojas aun mantenía el calor del cuerpo que allí había dormido.
Cuando los primeros rayos del sol empezaron a iluminar el valle el ya estaba corriendo por las laderas cubiertas de retamones y pinos hacia las cumbres de la sierra, gracias a su fino oído y a su aguda vista iba evitando el contacto con los hombres que en aquellas primeras horas de la mañana comenzaban su duro trabajo en el campo.
Unos en la labranza otros cortando leña, otros quizas recogiendo resina o atendiendo al ganado, todos en fin buscando el sustento y el pan para sus familias,cruzo el pueblo por la parte de arriba como una sombra negra y veloz siguiendo el curso de la garganta siempre hacia arriba sin descanso.
Los pinos fueron cediendo terreno a los robles, aquí cada piedra,cada roble cada trocha le era conocido cuantas veces había careado las cabras por aquellos lugares.
Arriba,arriba sin parar su instinto alerta, empezó a oír los cencerros y las esquilas de las cabras, no aquellas no eran las suyas mas aquellos sonidos eran bálsamo para su cansancio,ya no habia robles solo piornos y cambriones y las masas pardas de los riscos rodeadas de agua y hierba.
De pronto otros sonidos llegaron a el los gruñidos salvajes de los lobos y el temeroso quejido de las cabras e intentando dominarlos la voz firme de un cabrero.
Guiado por ellos llego a una pradera, en medio de ella una figura un hombre en pie con un palo en las manos se interponía entre un grupo de lobos y un atajo de cabras que arriscadas en unas piedras esperaban su muerte.
No detuvo su carrera ni un segundo se lanzo sobre el grupo de lobos como la fiera que a base de golpes intentaron hacer de el, repartiendo mordiscos y golpes de sus garras.
Para todos fue una sorpresa su irrupción los lobos empezaron a retroceder atacados ahora desde dos lados por uno el y por el otro el cabrero que al verle recobro el animo y las fuerzas , con el palo lanzaba furiosos golpes a los lobos,al tiempo que de su garganta salia un grito salvaje de sorpres, de esperanza,un nombre.
CHARPAS.
Los lobos vieron comprometida la pelea y dando la vuelta se fueron a refugiar a las alturas aun cubiertas de nieve.
El cabrero se dejo caer de rodillas exhausto tras las horas de pelea los lobos habían comenzado su ataque al rayar el alba cuando las cabras estaban despertando y durante dos o tres horas trataron de cazarlas empleando todos los trucos que el hambre les enseño en miles de años. El cabrero las defendió con piedras y el palo, de su pierna izquierda y su brazo derecho manaba la sangre causada por los mordiscos de los lobos.
El se acerco al cabrero, vacilante también, en su pata izquierda la sangre manchaba el pelo negro,el cabrero le miro sin comprender todavía el milagro.
Charpas eres tu mi perro,pero no es posible yo te creía muerto perdido para siempre,pero eres tu no hay duda.
Charpas lamió sus manos restregó su fuerte cuerpo contra las piernas del cabrero y todo se convirtió en un coro de risas y ladridos de alegría, lo había conseguido estaba en casa.
Cae la noche sobre el valle,el cielo empieza a cuajarse de estrellas y la luna dentro de poco lo iluminara con su pálida luz.
En las cumbres de la sierra la manada de lobos lame sus heridas.
Y en la maja de las cabras,estas duermen tranquilas por fin.
Dentro del chozo al calor de la lumbre dos seres,dos corazones,dos hermanos, un hombre y un perro duermen el uno al lado del otro,acurrucados esperando el nuevo día, felices por haber recobrado la amistad,la libertad y el amor.


Para Charpas el perro fiel de mi Padre y para el.
Donde quiera que estén sus almas.

Muy bonito lobonegro,me ha emocionado mucho tu cuento y la dedicatoria mas.

Preciosa historia lobonegro....... muy conmovedora y entrañable. Me encanta leer estas historias que me hacen pensar tantas cosas.-

Sigue escribiendo,tienes buena pluma!! y mejor corazón!!!.
BESOS.

Querido LOBO, después de leer tan BELLO relato me será muy dificil continuar con mi cuentito. BESAZOS.

Me ha encantado lobo el cuento.Estoy segura q ahí donde estén descansan juntos como tantas noches lo izieron.Te quiero muchisimo.TE ECHO MUCHO DE MENOS

Gracias a todos por los comentarios un abrazo para todos Veleta. no me eches de menos pues me llevas en tu corazón.otra vez gracias.