Mombeltrán - Avila

Hay gente que vive muy satisfecha consigo misma en nuestro querido pueblo de la Villa de Mombeltrán. Gente que se cree superior al resto de los mortales. Personas que se sitúan en el armonioso “centro-derecha” y que reparten a diestro y siniestro, creedores de poseer la verdad. Se sienten felices porque saben que transmiten una imagen de moderación, de tolerancia, de razonabilidad, frente a los que sitúan en los extremos.

A los que no aceptan su visión de la idílica realidad villana, su análisis del "Régimen Julista", los desprecian con autocomplacencia. Los condenan, por doctrinarios. Ellos, realistas, representan el sentido común y conectan con una visceral base social. Los otros, los "extremistas de izquierdas" (a los de la derecha los tratan con mucho más respeto), viven fuera de la vida social y política, son un peligro para la convivencia. En este punto coinciden con el análisis de la ultra-derecha de toda la vida. ¡Genial! Así, identificándose en algunos puntos con el centro-derecha, afianzan su imagen seudo-progresista y seudo-moderada.

Uno de los paradigmas de este tipo de personajes, en el ámbito de este foro, es el personaje que se esconde bajo la bitácora de "Buenaroma" (para mi "Malaroma-Residencias-Molinero"). "Malaroma" usa su tribuna en este foro para defender al "Alcalde de los líos" y su "Régimen" caciquil, claro que sí. ¡Arriba el "Caudillo-panadero" por los siglos de los siglos! Pero los insultos más duros se los reserva para la izquierda. "Malaroma" disfruta, sobre todo, dando palos a los que cree "extremistas" de izquierdas que se atreven a contradecir sus mensajes conciliadores y centristas.

Derechas hay muchas, es cierto, pero menos presentable que la que representa el "Alcalde de los líos" y su "Régimen" caciquil es casi imposible encontrarla en la España actual de principios del siglo XXI. No es de extrañar que un cierto sector de la derecha villana de toda la vida, un tanto frustrado intelectualmente, habituado a formular las críticas más en el campo de las concepciones generales del pueblo (su mundo) que en el de la política, no se quiera ver ahora reflejado en lo que representa el "Alcalde-panadero", hasta tomarse su función teatral por la política misma.

En fin, parece que este irrelevante sujeto encarna como pocos toda esa serie de lugares comunes en los que incurre esta “derecha” que padecemos en España. Sabía de la pobreza intelectual de "Malaroma", pero desconocía los límites reales de su ignorancia, ésta sí, verdaderamente radical. Como dijo hace poco Rosa Díez, “El centro no es nada”. Este sujeto, afirmando tales naderías, cae en una perfecta insignificancia, en una nada que lo define. Sin duda, no merece mayor contestación; si ni siquiera conoce los principios que defendemos y cree que son mera reacción a los que defiende la ultra-derecha villana, esto da idea de la talla intelectual de este personaje. Es una consecuencia que este personaje, que va a lo suyo, perciba tan distorsionadamente la realidad del "Régimen Julista" y a aquellos que admiran su ejemplo y lo que representa. Es todo un honor la incomprensión de este “Malaroma”.

¡Por la rebelión cívica de la Villa de Mombeltrán!