Analfabetos funcionales y políticos. Un problema grave en este foro y en nuestro querido pueblo de la Villa de Mombeltrán es cómo definir el analfabetismo. Por lo general, se dice que analfabeto es aquel que no sabe leer ni escribir. Pero en los últimos años ha surgido el término analfabetismo funcional. Con ello se denomina a las personas que, si bien saben leer y escribir, no tienen el dominio suficiente para emplear estos conocimientos en los requerimientos de la vida diaria. Por ejemplo, el saber deletrear una oración no garantiza la comprensión de un simple artículo de un periódico. Y saber escribir oraciones cortas tampoco es garantía de poder escribir una carta o un relato simple. Tomando en cuenta el analfabetismo funcional, la "Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos" (OCDE, OECD en inglés) emplea una definición más ambiciosa del analfabetismo. Según la OCDE, una persona es alfabeta cuando puede leer, comprender y redactar un texto simple sobre su propia vida diaria. ¿Cuántos de nuestros representantes en el ayuntamiento de Mombeltrán podrían realizar una redacción de un folio sobre sus actividades diarias, aunque sea cobrando comisiones? La misma OCDE conduce, desde hace algunos años y a nivel internacional, programas para medir la calidad de la educación. Este "test", llamado PISA ("Programme for International Student Assessment" en inglés), podría incluir en su próximo estudio, a petición de nuestras autoridades locales o provinciales, a nuestro querido pueblo de la Villa de Mombeltrán ¿Qué resultado arrojaría el estudio de marras? Seguro que sería desalentador, por desgracia, puesto que la cabeza bicéfala visible de nuestro querido pueblo, desde un punto de vista institucional "El "Alcalde-panadero" y el tránsfuga "Cacharra-Canalla" y sus seguidores-palmeros en este foro y en otras instancias de nuestro pueblo, conforman el núcleo duro de los analfabetos funcionales de Mombeltrán, pues no logran comprender el sentido elemental de los textos que leen o de los discursos que escuchan. Como decía Pablo Castellano: "Éste es un pueblo que a lo largo de muchísimos siglos ha hecho como un espejo de conducta una frase absolutamente deprimente: "qué buen vasallo si hubiere buen señor". Agárrese usted a la silla: "no, yo quiero ser un buen vasallo con tal de que me den un buen señor". Usted es un cretino, mi querido amigo. [...] A mí eso no me gusta. Yo quiero un pueblo iconoclasta, crítico, laico, absolutamente rebelde, capaz de tener ideas propias, en que la educación le haya enseñado a pensar." ¡Por la rebelión cívica de la Villa de Mombeltrán!
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