Mombeltrán - Avila

Existen muchas malas concepciones e ideas equivocadas sobre esa sufrida muchedumbre a la que pertenecemos, los que los fanáticos y descerebrados del "Régimen Julista" llaman, sin ningún tipo de pudor, los "tontos del Pueblo". Con el afán de crear un mejor entendimiento entre nosotros y ellos, paso ahora a desenmascarar algunos de los muchos tópicos que circulan impunemente sobre nosotros:


Tópico 1: Un tonto sabe el tipo de tonto que es. Cada vez que un tonto dice o hace una tontería, alguien pregunta: ¿qué clase de tonto eres?, cómo si el tonto en cuestión supiera todas las distintas clasificaciones y escalas de comportamiento tonto. La realidad es que cada vez que un psicólogo intenta hacer una clasificación sistemática de los tipos de tontos existentes, aparece un tonto que no encaja en ninguna de las categorías propuestas, ya que los tontos suelen también tener una gran creatividad. Del mismo modo, tan pronto alguien intenta proponer una escala para determinar lo tonto que es una persona, aparece un tonto que sobrepasa la escala.


Tópico 2: Un gran esfuerzo deja tonto a cualquiera. Este mito nació paradójicamente en los centros de estudio. Todos hemos sabido en el colegio o instituto de alguien que pasa con la mirada perdida, o hablando solo. Inmediatamente nos enteramos de que ese alguien es el que tiene las mejores calificaciones. El primer comentario será "claro, y el esfuerzo lo dejó tonto". Esta actitud refleja más bien una envidia hacia los que saben más que uno, a la vez que nos infunde un miedo instintivo hacia el esfuerzo. Por eso estamos como estamos en nuestro Pueblo.


Tópico 3: Una pregunta simple es una pregunta tonta. Cuando alguien formula una teoría brillante con postulados audaces, suele aparecer un tonto que ataca las bases de dicha teoría con una sola pregunta simple. Luego, esta pregunta es tachada de "tonta" para evitar el tener que responderla. Es precisamente con las preguntas simples con las que se logran los mayores adelantos en la historia de la Humanidad. La simple -no tonta- pregunta de quién fue primero, si el huevo o la gallina, puso en tela de juicio toda la idea del creacionismo y llevó a la moderna teoría de la evolución.


Tópico 4: Un tonto es igual a un estúpido. Existe una sutil pero importante diferencia entre ser tonto y ser estúpido. El tonto piensa diferente. El estúpido piensa mal. El tonto es inocente de los incidentes que causa y nunca trata de hacer daño a nadie. Es como un niño aprendiendo, nadie puede culparlo de equivocarse a propósito. El estúpido en cambio, al hacer algo equivocado, tiene plena consciencia de sus actos, pero los realiza porque cree que podrá sacar ventaja de ellos. Por eso los fallos de un tonto no son punibles, las de un estúpido sí.


Tópico 5: A nadie le gusta ser tonto. A diferencia de lo que muchos creen, ser tonto es una condición deseable. La sabiduría tiene el don de hacer infeliz a la gente. Cuando alguien pasa por la calle sonriendo, a nadie se le ocurrirá pensar que es alguien sabio. Por el contrario, se le tachará automática e inevitablemente de tonto.


Tópico 6: Un tonto nace cada minuto. Este mito es una consecuencia del anterior. Ya que los tontos son más felices y reciben la comprensión y amabilidad de mucha gente, muchos optan por hacerse pasar por tontos. También muchos estúpidos pretenden ser considerados tontos hasta lograr sus siniestros objetivos. Esto hace que el número de tontos en nuestra sociedad parezca mucho mayor de lo que realmente es. Aún si fuera cierto que nace un tonto cada minuto, también nacen unas 2.000 personas cada segundo en el mundo, lo que hace que el porcentaje poblacional de tontos sea ínfimo. Lástima que los censos no lo registren como una variable demográfica.


Tópico 7: El que hace una tontería es un tonto. El ser tonto es un instinto natural en todo ser humano. Nos hace humanos, en realidad. Por eso, las tonterías no son un atributo exclusivo de los tontos. Parafraseando a la Biblia, una persona inteligente comete 7 tonterías en un día. Y con este séptimo tópico yo he cumplido mi dosis diaria.


¡Por la rebelión cívica de la Villa de Mombeltrán!

Desde luego, yo no sé en qué tópico encajamos los ciudadanos de Mombeltrán, pero sin duda en alguno estamos, porque mantener como alcalde a un señor que sus estudios los ha realizado en "El Molino" moliendo trigo, cuidando de las vacas y y los guarros (y ojo que no tengo nada en contra de esto último y me parece un trabajo tan digno como cualquier otro) pero que actualmente se dedica a fastidiar a casi todo el pueblo con sus tejemanejes sus trapicheos sus prevaricaciones y demás lindezas, me parece que nos deja un poco con el culo al aire.Pregunta:¿En qué tópico estamos?.

¡¡OS VOY A BREAR!!

Un estúpido como el personaje de marras, sabe muy bien el tipo de estúpido que es y todo el mundo le tiene muy catalogado. Tanto los "amigos" porque le bailan las gracias para conseguir lo que quieren, como los "enemigos" que no encuentran una explicación lógica a la trayectoria vital y política de este sujeto.

Nos encontramos, además, ante un personaje que no duda. Para él no existen preguntas, ni simples ni complejas, puesto que cree que vive en el Edén. Se cree el dueño y señor de todo un pueblo y sus bienes, donde puede hacer y deshacer a su antojo. Y eso es lo que ha hecho, en gran medida, durante gran parte de los cuatro lustros que lleva en el cargo.

Un tonto que como estúpido siempre piensa mal y trata de hacer el mayor daño posible al que discrepa o se enfrenta con su forma particular de entender el juego democrático. ¡Aquí, o se hace lo que yo ordeno y mando o nada! Además, es consciente que su comportamiento y sus actos están equivocados, pero todo vale con tal de sacar ventaja y conseguir sus objetivos. Para él y los suyos, el fin siempre justifica los medios.

Un estúpido que sabe que el conocimiento hace infeliz a la gente. De ahí, que su "labor" al frente de la representación de nuestro pueblo siempre se haya caracterizado por el oscurantismo y la falta absoluta de transparencia. Con plenos y actos públicos de control a horas inapropiadas, con el objetivo de evitar dar las explicaciones de sus actuaciones y rendir cuentas al pueblo. El gran ignorante vive felizmente en Babia y por eso sonríe siempre aunque no venga a cuento. Lo suyo siempre han sido los objetivos siniestros. Todos los vecinos del pueblo saben que su "sonrisa-mueca de hiena" no se corresponde con un ser inteligente, sino todo lo contrario, es el resultado de un mecanismo de defensa característico de un ignorante confeso.

Un estúpido que, por desgracia para todo el pueblo, engendró a otro que, aunque parezca mentira, le ha superado y es más estúpido que él. En este caso el "discípulo aventajado" cumplió la máxima y ha superado, con creces, a su maestro. Y para rematar el asunto, no podemos dejar de fijarnos en la primogénita, barro del barro del fango donde se amasan y moldean estos personajes. De tal manera, que, sin proponérselo o tal vez si, logra el progenitor alcanzar otro hito negativo en nuestro pueblo: incrementar de una tacada el número de estúpidos. Lástima que el censo electoral no registre este aspecto demográfico que desvirtúa la proporción de vecinos inteligentes frente a vecinos estúpidos.

Por último, sus estupideces son un atributo representativo e intransferible de esta casta de personajes anacrónicos, fósiles malsanos de otros tiempos, que piensan y actúan como “caciques” y que se creen "reyezuelos" locales, convirtiendo la arbitrariedad en norma. Estos sujetos se sienten y asumen por encima de la ley, y confunden los recursos públicos como si fueran propios. Son algunas de las características de estas “dictaduras democráticas personalistas” que no terminamos de superar históricamente en la España del siglo XXI.

¡Por la rebelión cívica de la Villa de Mombeltrán!