Mombeltrán - Avila

He leído la carta de despedida política del inefable e infumable ex-alcalde sempiterno de este pueblo.
No se trata de hacer leña del árbol caído que por otra parte merecería este señor, pero sí es conveniente hacer una pequeña reflexión sobre las cosas que dice y no dice dicha nota.
Al Partido Popular le ha llevado a donde hoy está en Mombeltrán, con 3 de 9 concejales, derrotado no por un partido grande como el Psoe, o innovador, como Ciudadanos, o emergente como Vox, o revolucionario, como Podemos, no, derrotado por un grupo de tránsfugas de su mismo partido, get-set de Avila capital, sin implantación ninguna en la provincia de Avila, donde no han sido capaces de presentar candidaturas prácticamente en ningúno de los principales pueblos de más de 1.000 habitantes.
Los logros de su mandato a los que menciona son discutibles todos ellos en cuanto a su beneficio para el pueblo si exceptuamos los que se podrían haber conseguido con otra forma de actuar en lugar de las que hemos padecido 30 años.
Su legado principal ha sido el tratamiento desigual a las personas como si el pueblo y el Ayuntamiento fueran suyos. Ha ignorado y pisoteado a todas las personas que no fueran de su cuerda y perseguido a todos aquellos que le han plantado cara incluidos los concejales de la oposición de todas las legislaturas, siempre y cuando le hayan hecho oposición.
Ha cerrado el paso a generaciones de personas que podían haber representado al Partido Popular en Mombeltrán con infinitamente más acierto y honestidad que él.
No valen ahora cartas de despedida más o menos sentimentales.
La democracia se demuestra cuando se detenta el poder y se respetan las leyes y las personas.
Mombeltrán ha sufrido a este señor y los daños ya son imposibles de paliar muchos de ellos.
Quedará la gestión de este mal alcalde en la memoria de los que le hemos conocido y soportado y si hay que buscar unas palabras breves para definirlo, éstas serían: injusticia, caciquismo, chabacanería y decadencia.