Mombeltrán - Avila

Tenía miedo de que me recortaran una hora, pero parece que puedo extenderme hasta las 9 y media. Si fuera algún día a dar la conferencia al valle, el público me saltaría con los nombres, estoy seguro, porque incluso con los hechos, mucha gente, que tenga un poco de idea, se daría por aludida. Algunos tienen la versión de su familia en la que sale bien parada su familia, yo he filtrado todo con mi razón y con los documentos; y saco conclusiones que puede que no gusten. En los pueblos no tienen sentido los libros sin nombres. Se me calentarían las orejas, la gente los susurraría en la conferencia. Así que en el Barranco no me atrevo. No sé si llenaré el auditorio de la Casa de las Conchas, pero estoy seguro de que el tema interesa y concierne tanto que llenaría cualquier espacio del Valle. Creo que quizá tuvieran que habilitarme la plaza de toros de Santa Cruz. Ole. Muchas gracias por los ánimos a todos.

No es necesario dar nombres concretos de todos y cada uno de los protagonistas de segunda o tercera fila. Esa supuesta necesidad es una falacia que te has creado como argumento para tus dudas y pesares narrativos. La visión de un historiador no puede ser tan pueblerina. Los nombres concretos sólo interesan a las y los cotillas. A la Historia lo que le interesa son los movimientos de las fuerzas sociales donde los protagonistas decisivos son sólo unos pocos y generalmente simples consecuencias del destino, cosa que además tiene muchos factores. Esos factores estructurales y profundos son los interesantes. Ahora bien, tú puedes seguir empeñado en una visión pueblerina de la Historia según la cual yo necesitaría saber qué concreto miliciano, con nombre y apellidos, entró a garulla en una viña para saciar su apetito en la huida del Puerto. Pues no, no me interesa su nombre, me interesa su historia.