Zardaín - Asturias

Aún impresionado, y afectado en mi ánimo, por las inquietantes noticias que en su último comunicado acerca de la sequía en la Reguera, nos da una enigmática colaboradora del foro, (podría equivocarme y ser un colaborador pero creo que no) de la que no voy a desvelar su identidad, (de momento) porque también tiene su emoción no saberlo. El caso es que, si nuestra "calea" se llama la Reguera, será porque siempre pasó por alli un reguero de agua, o varios, y qué desgracia que debido al cambio climático, al calentamiento global, a la lluvia ácida, al deshielo de los polos, al agujero en la capa de ozono o vaya usted a saber, las fuentes de la reguera están a punto de secarse. Si ello fuera así, estoy seguro que ningún vecino del pueblo, por muy mayor que sea, habrá visto nunca la Reguera seca. Todavía me parece estar escuchando "los esquilones" de las vacas de Antón de Sabel cuando las traía a beber al "bañar" o las de María Vitoria, o cuando cuatro "homes" que venían cargando con un tronco al hombro, desde Freisneo para poner una viga en casa de mis tíos, sudorosos y sedientos a más no poder, bebieron a morro en dicho bañar sin poder aguantarse más. El bañar, ha sido una pena que sin encomendarse a Dios ni al diablo, los obreros que asfaltaron el camino, consideraron que ya llevaba allí demasiados años y se lo cargaron, sin pensar que estaban cometiendo gran falta, pues en algún sitio, tiene que estar escrito que no se puede alterar los bebederos de los animales, pero ya no tiene remedio. El bañar sucumbió en aras del progreso y la civilización. Hablando del cambio climático, recuerdo un invierno que cayó tal "xilada" que se formó una gruesa capa de hielo que impedía a las vacas ir a beber y todos los "homes", con "picones" dejaron expedito el camino. Y el pozo de la Reguera ya he dicho en otras ocasiones que era usado por las mujeres para lavar la ropa, con su jabón de lagarto, su lejía y su azulete, y al dueño del prao "Capechán" no le gustaba, porque ese agua la utilizaba para regar y no era buena. Pero no le quedaba más remedio que permitirlo, pues en algún sitio tenía que estar escrito el derecho de usar el pozo y la fuente por los vecinos. En fin que espero que la Reguera pueda seguir llamándose así por muchos años, porque el agua no deje de correr nunca por sus presas.