Urbiés - Asturias

Yo no puedo decir que me he leído El Quijote entero pero sí algunos capítulos siguiendo alguna recomendación.La verdad que El Quijote aparte de ser un gran libro, Joya de La Literatura Universal,es una guía buenísima para aprender a moverse por la vida.


Un ejemplo claro de esto lo son estos consejos que nuestro noble Hidalgo Don Quijote De La Mancha le brinda a su fiel escudero Sancho Panza cuando a éste, víctima de una pesada broma, para burlarse de él, un Duque le nombra Gobernador de una Insula.......


-Primeramente, oh hijo, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría y siendo sabio no podrás errar en nada...

-Sábete Sancho, que no es más un hombre que otro, si no hace más que otro....

-La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos:con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre....

-Come poco, y cena más poco,que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago....

-Advierte, Sancho, que hay dos maneras de hermosura, una la del alma y otra la del cuerpo: la del alma campea y se muestra en el entendimiento,en la honestidad,en el buen proceder,en la liberalidad y en la buena crianza, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo...

-Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra...

-Haz gala Sancho de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores porque viendo que no te corres ninguno se pondrá a correrte y préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio...

-Has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a tí mismo, que es el más difícil conocimiento que pueda imaginarse.Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana, que quiso igualarse con el buey...

-Mira Sancho, si tomas por medio la virtud y te aprecias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia de los príncipes y señores, que la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.....
Esto nos escribió allá por el 1615 nuestro genial Miguel de Cervantes y Saavedra .