Urbiés - Asturias

Somos un pueblo minero.La mayoria de nosotros somos hijos de mineros.Lo que estos dias esta ocurriendo en Chile, a todos, pero especialmente a la gente minera, nos resulta sobrecogedor.¿Quién no se acuerda de trágicos accidentes, de largas horas de espera, de ese rumor que llega al pueblo y se propaga hasta convertirse en cruda realidad?

Yo en una ocasión, cuando tenía 14 años, bajé a la mina...era tanta mi curiosidad que mi padre me preparó una visita junto con más personas que querian conocer la mina.Es de esas cosas que se te quedan grabadas para toda la vida.Ya cuando inicias el descenso en la jaula se te encoje el estómago, todo se va volviendo un poco más oscuro...cuando llegamos y salimos a la galeria , respiré...se trataba de un pasillo amplio, alto, ventilado, eso sí profundo pero se respiraba seguridad.La cosa se complicó cuando pasamos a la rampa...yo creía que para las visitas iban a mostrar " el encanto" de la mina y pasearnos por una rampa de las suaves...pero no...nos metieron por una de las duras, muy inclinada....para ir bajando había que pasar de traviesa en traviesa ( no sé si es correcto el término, pero los que conocéis la mina sabéis de que se trata..esa especie de postes que van de pared a pared...¿ serán mampostas?)...bueno lo que sea...el caso es que a mí no me daban las piernas y mi padre tenía que ir justo por debajo de mí y ofrecerme su espalda para que yo hiciese pie entre mamposta y mamposta...! me temblaba todo el cuerpo!..y por allí se encontraban los picadores dispuestos a perforar la pared con sus martillos...en aquel sitio tan pequeño, tan inclinado,tan alto, tan inestable...!!!tan peligroso!!!!...! qué duro trabajo!No me imagino lo que uno puede pensar al verse atrapado ahí.

La mina de Chile no es como nuestras minas, pero la situación, una vez ocurrido el derrumbamiento, parecida.Son 33, se tienen unos a otros, tienen una conexión con el exterior, pero lo pintan muy largo...va a ser muy duro...esperemos que no les fallen las fuerzas, ni el ánimo, que se aferren a sus creencias, a sus familias, y que puedan salir todos para contarlo.