Tineo - Asturias

Javier nació hace tres años y nueve meses grande, sano y lleno de una vitalidad desbordante que se frenó en seco a principios de 2009. Lo que a simple vista parecía “una gripe sin más”, resultó ser una terrible leucemia con fuertes sesiones de quimioterapia y meses de ingreso. El tratamiento médico del Hospital Central le sirvió al principio, pero las células malignas han recuperado terreno en los últimos meses. La enfermedad vuelve a la carga. Sus padres, David Vázquez y Natalilla Obraztsova, han tomado una decisión arriesgada: Quieren tener un hijo seleccionado genéticamente para que pueda curar a su hermano. Buscan engendrar al primer bebé medicamento de Asturias.

“Es la última esperanza que tiene Javier. El último cartucho y por eso esperamos quemarlo. Yo tengo otro hijo de un matrimonio anterior, tiene 19 años, pero no es compatible”, apunta David Vázquez, vecino de la localidad mierense de Ujo. Este joven y su esposa, de origen ucraniano, están dispuestos a buscar toda la ayuda posible para que el niño “nacido del amor, buscado y querido tenga una oportunidad en este mundo”. Vázquez y Obraztsova se han informado, han tocado a muchas puertas y han elegido la opción que les ofrece una respuesta más rápida, “porque no podemos esperar a que Javier esté en coma, necesitamos hacerlo ahora”. Vázquez señala que “en España hay una clínica en Valencia que hace este tipo de tratamiento, además hay que pedir permiso a la Comisión Nacional de Reproducción Asistida. Eso podría llevar meses y nos han dicho que no se aprueba para casos de leucemia como el de nuestro hijo”. Sin embargo, el hospital de Bruselas al que han acudido le pone “las cosas más fáciles”. “Nos piden multitud de informes y formularios. Lo tenemos todo al día. Sólo nos falta un documento, que tiene que darnos la médica del niño y que diga que su caso es urgente. Pero ella dice que no. No sabemos a qué quiere esperar”. Pese a todo, el impedimento burocrático no es el único escollo al que se tiene que enfrentar la familia de Mieres. También está el coste de todo el tratamiento.

“No tenemos idea pero calculamos que el proceso para el estudio de los embriones y la fecundación puede llevar unos 30.000 euros a los que habría que añadir la estancia en el hospital, ya que se trata de una clínica privada, y los medicamentos necesarios para que todo salga bien”, apunta David Vázquez que regenta un taller de coches en Turón. Esta familia de Ujo necesita ayuda de todos los ámbitos, y no dudará en llegar “hasta donde haga falta” para que la risa de Javier siga invadiendo los rincones de su casa.