entrevista al guardián de las cuevas NOTA: la fotografía se puede ver en "fotos de pelúgano". Después de muchas idas y venidas a sus aposentos geológicos, por fin "el guardián de las cuevas" (en adelante GC)decidió conceder esta estrevista "para que los vecinos de Pelúgano y alleranos todos, sepan de mis pensamientos y opiniones que puede que en algún caso no coincidan con los de ellos", dijo. PM.- Buenos días señor GC, le estoy muy agradecido por ls palabras que generosamente nos concede a pesar de su cara con gesto entre adusto y sorprendido que ofrece en sus fotografías. GC.- No tiene importancia el hecho de concederle la entrevista: la importancia ha de suponer las palabras que se digan y el interés con que sean recibidas por el pueblo de pelúgano y todos los pueblos del municipio. En cuanto a mi cara..., si se fija bien, quizás encuentre otra más serena o, como dicen ustedes, más humana... PM.- ¿Cuantos años tiene usted? GC.- ¿Años...?, cuando el valle de Aller y el pueblo de Pelúgano comenzaban su andadura por el camino del tiempo yo ya usaba barba y calzones largos. Esto creo me habilita para no ser patrimonio de nadie y sin embargo éllos sí son mi patrimonio y por él lucho para que no nos lleve a un despoblamiento generalizado. PM.- La verdad es que tiene cara de pocos amigos, ¿acaso le molestan las visitas a sus cuevas? GC.- No, no me molestan y menos si son gente "mosquita", gente noble como la buena madera. PM.- Hablando de madera; por los alrededores se observan bastantes árboles, ¿le incomodan...? GC.- Solo me incomodaría y preocuparía si por aquí apareciese algún castaño..., prefiero el roble o la faya, al menos para mí, dan mejor sombra PM.- La vigilancia que realiza en la cueva en que estamos, es exclusiva o también abarca a las demás existentes en el entorno. GC.- Ya el término "guardián", en este caso, supone preservar los tesoros geológicos de todas las ubicadas en estos lugares. Pese a éllo, las personas a veces sois desagradecidas y en vez de ayudar, en algunos casos no en todos afortunadamente, los dedicáis a expoliar o a utilizarlas para fines distintos de los que fuimos creados. Me da mucha pena ver cómo uno de mis aposentos está convertido en vulgar aprisco, rotas sus estalactitas y estalagmitas, manando suciedad donde debían de manar caprichosas figuras calcáreas; el poder de destrucción del hombre es inmenso. Mi vigilancia es estéril si no se cuenta con la ayuda de TODOS; y todos, son aquellos que aman la naturaleza y por ende están obligados a protegarla y también aquellos que, aún sin amarla, están obligados a protegarla por leyes escritas y leyes naturales. PM.- Hablando de destrucción, ¿qué opina de la sierra de castro..? continuará...
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