Picaresca Es Salamanca la hermosa, lugar bello y variopinto, extraordinario recinto de rara gente jocosa. La bullanga es y animosa del juglar, entre corrillos, donde romances escuchan mil ciegos y lazarillos. En lugar tan señalado al buen Lázaro hallaréis, si, resentido lo veis, del viejo ciego endiablado. Dice que el queso a robado, que ha mamado sus vinillos, en soportales do paran mil ciegos y lazarillos. Y le responde el ventero, hombre amante del jumilla, que se sabe una fablilla de un mozo vil y embustero. Y cuenta que, con esmero, le robaba los membrillos, como muchas veces suelen mil ciegos y lazarillos. Y el ciego, más que ingenioso, le contesta a la primera, que el chicuelo hará carrera como pícaro alevoso. Pues, sin ser tan valeroso, inventa bien sus truquillos, como bien saben hacerlo mil ciegos y lazarillos. José Ramón Muñiz TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS |