Oviedo - Asturias

Pues es hombre tan prudente,
conduciéndose con calma,
predica por bien del alma,
desde el púlpito sonriente.
Su discurso es reverente
desde el altar en que, pura,
libre brota la palabra
del vino que bebe el cura.

Toda la gente lo adora,
ya que es gran madrugador,
pues dicen, desde el albor,
que ya se embriaga a la aurora.
Y su discurso mejora
cuando su ración apura,
que libre va la palabra
del vino del señor cura.

Porque, siempre la doctrina
nos parece tan confusa,
que le presta casta musa
la inspiración más divina.
Tropieza cuando camina,
pero explica con soltura,
que libre va la palabra
del vino que bebe el cura.

Y es que en todos sus sermones
se nos habla de pureza,
que el vino puro es nobleza
que alegra los corazones.
Y bebe sus emociones
cuando sus rezos murmura,
cuando vuela la palabra
del vino viejo del cura.


José Ramón Muñiz Álvarez
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