Del sorpaso a la sorpresa Pues sí, todos sorprendidos, incluidas las empresas que hacen los sondeos, no acertaron y se constató que sus predicciones no son fiables. Puede que las encuestas no estuvieran bien hechas, que no se hubiera elegido bien a los encuestados, y puede que estos no hayan sido sinceros, pero cabe pensar que la razón que justifica la diferencia entre el resultado y lo previsto esté en que la publicidad que se da a la previsión influya en el resultado, o sea, que a la vista de lo anunciado por las encuestas se produzcan reacciones que conduzcan a un resultado distinto. El anuncio de un resultado favorable para determinada opción política puede desmotivar a sus potenciales votantes, que lleguen a considerar que su voto ya no es necesario y se abstengan de votar, mientras que si se anuncia un resultado adverso puede haber un estímulo para que los que no pensaban ir a votar o tenían pensado dar su voto a una opción minoritaria, se vean inclinados a depositar el llamado voto útil en favor de un partido, de los grandes, al que las encuestas dan un resultado desfavorable. No trato de disimular el desencanto que me produjo el resultado electoral, no quiero descargar en las encuestas el fracaso de Unidos Podemos, ni de atribuirles en exclusiva el éxito del PP, pero es necesario reflexionar sobre la incidencia que pueden tener en la orientación del voto, POR ALGO SERÁ QUE ESTÁ PROHIBIDO DARLES PUBLICIDAD EN LOS CINCO DÍAS ANTERIORES A LAS ELECCIONES. |